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Del tenis al pádel: Así se adaptan los profesionales de un deporte a otro

Tenis al pádel se adaptan profesionales de un deporte a otro
Una persona disputando un partido de pádel | Foto: Oliver Sjöström - Unsplash

En el último lustro, hemos visto cómo la popularidad del pádel ha crecido enormemente a lo largo y ancho de muchos países. La combinación de tenis y squash ha hecho que incluso tenistas de nivel decidan cambiar al pádel.

Basta con mirar a tu alrededor para verlo, cada vez hay más jugadores de pádel. Sean personas que están empezando, jugadores que nunca antes habían cogido una raqueta, o incluso tenistas que llevan tiempo haciendo servicios, hay una gran adopción de este deporte en todo el mundo.

Uno de los casos más llamativos, dentro de este contexto, es la transición de muchos tenistas al pádel. ¿Por qué lo hacen? ¿Qué tiene este deporte que atrae a tantos jugadores? Aquí vamos a explorar tanto los motivos como las ventajas que tienen los jugadores con experiencia en el tenis cuando abrazan este otro deporte.

¿Por qué cambiar del tenis al pádel?

Esta transición se ha visto incluso a nivel profesional. Un claro ejemplo de ello lo tenemos con Juan Martín Díaz, El Galleguito, jugador profesional de pádel de Argentina cuyos orígenes están en el tenis. Díaz quería ser tenista profesional y, ya desde pequeño, entrenaba duramente con el afán de competir en la Copa Davis y ser uno de los grandes favoritos de las apuestas tenis, incluso en casinos online de gran calibre.

Sin embargo, a medida que el pádel comenzó a adentrarse en Argentina, la futura promesa del tenis acabó siendo uno de los jugadores de pádel más conocidos del país. Su cambio es uno de los ejemplos más famosos de entre ambos deportes, y su adaptación refleja las principales razones por las que los tenistas se pasan al pádel:

Un parecido incuestionable

Es obvio que hay cierto parecido entre el tenis y el pádel. Ambos son deportes de raqueta y se juegan en parejas, además hay muchas similitudes en cuanto a las técnicas básicas de golpeo de la pelota y las tácticas de juego para controlar la pista. Aunque es cierto que en el pádel hay que tener en cuenta el uso de las paredes y los rebotes, además de que la raqueta se cambia por una pala, la adaptación es muy simple.

De hecho, una de las técnicas más comunes del tenis, la volea, es todo un esencial del pádel. Además, ambos deportes exigen tener buenos reflejos, por lo que un jugador profesional de uno tiene cierta ventaja en el otro, siempre.

Menos exigente a nivel físico

Si tienes la preparación física necesaria para jugar partidos de tenis completos, la tienes también para el pádel. Aunque hay que tener cuidado. Se exige menos resistencia para jugar al pádel, pero se exige un mayor fortalecimiento de los músculos y las articulaciones, ya que se castigan mucho más al haber más cambios de dirección y movimientos bruscos.

La pista es más pequeña y la naturaleza del juego es más intensa, por lo que es necesario tener esto en cuenta. Aun así, los tenistas profesionales tienen la forma física más que suficiente. Aunque no todos llegan al nivel de Claudia Fernández.

Juego en equipo

Los tenistas acostumbrados a jugar en pareja encuentran su lugar perfecto en el pádel, ya que este exige trabajo en equipo y tanto compenetración como coordinación entre ambas partes. Al pádel no se juega en solitario, y eso hace que tenga un componente social bastante atractivo para jugadores de toda clase.

Los profesionales del tenis lo tienen muy fácil en este sentido, ya que están acostumbrados a entender el juego de otra manera y se adaptan mucho más rápido al juego en pareja. Muchos de ellos se coordinan de forma prácticamente instintiva, controlando los espacios y los huecos de forma natural. Les resulta sorprendentemente fácil.

Por todo esto es por lo que hay casos como el de Juan Martín Díaz, por nombrar a un jugador de pádel especialmente conocido. Aunque también hay que mencionar que el pádel aporta una serie de beneficios interesantes para los tenistas. De hecho, mejora considerablemente sus habilidades técnicas, sobre todo los tiempos de reacción, dado los espacios reducidos y la rapidez del juego.

También es algo que ayuda a los tenistas a diversificar su entrenamiento. Si integran el pádel como parte de su rutina, pueden disfrutar de un juego similar, pero a la vez distinto, lo que les brinda una visión más amplia y cierta frescura ideal para evolucionar y mejorar como jugadores. Así, además, se libran de la posible saturación por el exceso de juego, algo que puede llegar a cansar a muchos jugadores.

En definitiva, la relación entre tenis y pádel es tan obvia y clara que la transición de un deporte a otro sucede con mucha frecuencia. Ambos se pueden retroalimentar entre ellos, haciendo que los jugadores profesionales de un lado puedan adaptarse fácilmente a otro, y que todos ellos puedan disfrutar en todo momento.

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