Elena Rybakina concretó un buen debut en el Abierto de Francia. La kazaja fue dominante de principio a fin sobre Minnen y avanzó a la segundo ronda casi sin transpirar.
Rybakina no deja dudas en su debut en Roland Garros
Elena Rybakina (4° WTA) comenzó la temporada de polvo de ladrillo europea siendo una gran dominadora. Después de alcanzar la final en Miami, el pasó al clay no le costó demasiado, concretó el título en Stuttgart e hizo semifinales en Madrid. A pesar de su gran nivel en los primeros torneos, no jugó en Roma, torneo en el que defendía su título. Sin dudas, la kazaja llegó como favorita al segundo Grand Slam de la temporada, en su debut se enfrentó a la belga Greet Minnen (85° WTA).
La kazaja no duda y es sólida en primera vuelta
Ante todos los pronósticos, Minnen comenzaba el partido con un rápido break. Muchas veces las primera rondas demandan mucha presión y nerviosismo para los favoritos, Rybakina comenzó algo tensa y eso la llevó a ceder rápidamente su saque para colocarse 0-2 en el marcador. Sin embargo, poco a poco soltó sus tiros y empezó a ganar protagonismo. Con el techo cerrado debido a la lluvia, la cancha estaba más rápida, eso favoreció a la kazaja que se volvía injugable con sus tenis potente y agresivo. Rybakina selló por 6-2 el primer set, concretando seis juegos al hilo.
Trasladando sus buenas sensaciones a la segunda manga, el tenis de la kazaja marcaba distancia y se volvía abrumador. Rybakina tenía el control del partido y no soltaba la iniciativa. Minnen no lograba encontrar respuestas, le era imposible sostener su servicio. La número cuatro del mundo controlaba el ritmo y la iniciativa, se estaba jugando a su gusto, y planteaba puntos cortos y rápidos. Elena llevaba diez juegos al hilo y se colocaba 4-0 en el segundo parcial, cuando la belga anotó su primer juego tras concretar un quiebre. Finalmente, Rybakina concretó la segunda manga por 6-3, sobre el final mostró algo de nerviosismo, en el perdido por perdido, su rival soltó los tiros y recupero algo de terreno en cancha.