Hablar de Eslovenia en el tenis femenino es sinónimo de Polona Hercog. Una jugadora con un gran tenis en tierra batida, y a la que las lesiones no la han impedido seguir en la élite del tenis femenino. Lucha y entrega bajo la bandera eslovena.
Un tenis cimentado en la tierra batida
La tenista eslovena es una jugadora que se siente muy cómoda sobre tierra batida. No hablamos de una jugadora excesivamente pegadora, aunque tiene un buen primer servicio, debido a su altura (1’85), y también tiene un revés cortado con el que busca abrir ángulos, lo que hace que su revés natural se vea cubierto con este golpe tan efectivo en su juego, y es que hablamos de una jugadora, que sin ser ofensiva, no renuncia al ataque. Conocidos son sus enfados en determinados partidos, y es que la eslovena es una jugadora muy temperamental.
La tierra batida, la superficie de sus grandes alegrías
Tres títulos adornan su palmarés, todos ellos en tierra batida. El primero de ellos, en Bastad 2011, título que repetiría al año siguiente. Y el último de ellos, llegaría en Lugano en 2019, tras vencer a la campeona de Roland Garros 2020, la polaca Iga Swiatek. Además de esos tres títulos, ostenta otras tres finales perdidas, Acapulco 2010, Palermo 2011 (frente a Anabel Medina), y la de 2018 en Estambul. Entre sus grandes victorias, destacan victorias ante Simona Halep, Svetlana Kuznetsova, o Kiki Bertens entre otras. Como dato curioso, cabe destacar que nunca se ha enfrentado a Serena Williams en partido oficial.

Una jugadora guerrera como pocas, y que espera seguir dando guerra durante algún tiempo más, allá por donde vaya. Santo y seña del tenis esloveno, con ustedes Polona Hercog.