Fueron muchos los años de espera para que un tenista británico volviera a coronarse en Wimbledon desde el título de Fred Perry en 1936. Más precisamente 77 años después, sería Andy Murray el que se hiciera cargo de la situación para hacer historia en 2013. Y tres años más tarde, volvería a triunfar en el césped londinense. Repasamos los históricos dos títulos de Murray en el All England.
Desde el comienzo de su carrera se vislumbraba que el escocés Andy Murray podía ser el que lograra cortar la sequía de títulos locales en el Grand Slam británico, y más aún cuando con sólo 20 años y en su segunda participación, daba el golpe de eliminar al tercer preclasificado Andy Roddick para meterse en cuarta ronda.
Sin embargo, esa presión en sus hombros podía hacerle todo más difícil, como a Greg Rusedski y Tim Henman, que si bien habían llegado a tocar el cuarto puesto del ranking, nunca estuvieron realmente cerca del trofeo en la Catedral del Tenis, sobre todo en el caso del primero, que apenas tuvo una presencia en Cuartos de Final. Por el lado de Henman, cuatro apariciones en semifinales, la última en 2002.
Por su parte Murray, llegaba al 2013 con tres presencias en semifinales (dos derrotas con Nadal y una con Roddick) y de caer en la definición del 2012 ante Roger Federer. Pero luego, se tomaría revancha del suizo, ganando la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres en el mismo Central Court.
2013: el momento de quedar en la historia
Murray llegó al All England como segundo preclasificado, sólo por detrás de Novak Djokovic. El camino del nacido en Dunblane comenzó sin mayores inconvenientes, y superó las dos primeras rondas en sets corridos ante Benjamin Becker y luego Yen-Hsun Lu. Llegaría el turno de enfrentar nombres de mayor jerarquía y allí también pasaría sin ceder sets, frente a Tommy Robredo en tercera y ante Mikhail Youzhny en octavos de final.
Por los cuartos de final el rival era Fernando Verdasco, que si bien no era preclasificado, había aprovechado bien la apertura de su cuadro por los retiros de Cilic y Tsonga. El español comenzó dos sets arriba, situación extraña para un Murray que no había perdido ni un parcial en sus anteriores cuatro rondas. Sin embargo, el local, motivado por su gente, logró revertir la situación y se llevó el encuentro en cinco sets.
Las semifinales lo tenían como gran favorito, dado que el rival era Jerzy Janowicz, revelación del torneo pero a priori, lejos del nivel de Murray. Similar al encuentro último, fue el polaco quien se quedó con el primer parcial. Pero luego, otra vez el escocés dio vuelta el partido para acceder a la gran final.
La definición lo enfrentaba con Djokovic, el 1 vs el 2. Andy contaba con todo el apoyo del público, sumado a un mayor resto físico, dado que el serbio venía de vencer a Del Potro en una semifinal muy extensa. A diferencia de lo sucedido en las fases anteriores, Murray tuvo el control absoluto del partido todo el tiempo, y conseguir un break en cada set fue suficiente para llevarse el título y quedar marcado a fuego en la historia de Wimbledon.
2016: menor presión, pero igual de especial
Otra vez Andy Murray llegaba como gran candidato al título, junto a Roger Federer y Novak Djokovic, ante la baja de Rafael Nadal por lesión. Y más aún cuando el serbio cayó en la tercera ronda frente a Sam Querrey. El escocés volvió a empezar de la mejor manera posible, sin ceder sets en ninguna de las primeras cuatro rondas, con triunfos ante Liam Broady, Yen-Hsun Lu, John Millman y Nick Kyrgios.
En cuartos lo esperaba Jo Wilfried Tsonga, que siempre ha jugado bien sobre césped. Y justamente, el partido fue muy luchado. Las dos primeras mangas fueron para Murray, las dos siguientes para el francés. Pero más tarde el local sacaría su mejor tenis para ganar el partido con un lapidario 6-1 en el quinto set.
Una semifinal con mayor comodidad es la que tendría ante el checo Tomas Berdych, en la que fue muy superior y se quedó con el encuentro por triple 6-3 y en menos de dos horas. En tanto que en la otra semifinal, Roger Federer quedaba eliminado frente a Milos Raonic.
La final sería un encuentro parejísimo ante el gran sacador canadiense. Un solo quiebre alcanzaría para que el británico se lleve la primera manga por 6-4 y luego, dos tiebreaks que también quedarían en manos de Andy Murray, coronando así su segundo título en Wimbledon y el tercero de Grand Slam.