En ATP Al Descubierto, el menor de los hermanos Ymer reflexiona acerca del legado que le gustaría dejar, tanto en el aspecto profesional como en el personal, y reconoce sentir admiración por su compatriota Stefan Edberg.
No hace mucho tiempo, Suecia podía presumir de estar a la vanguardia del mundo del tenis. Bjorn Borg, Mats Wilander, Stefan Edberg, Thomas Johansson, Magnus Norman y un largo etc de jugadores salieron de la cantera sueca en el pasado, confiriendo un estatus de potencia de primer nivel al país escandinavo. Sin embargo, todo eso ha ido desapareciendo en la última década, siendo Robin Soderling el único tenista de nivel que han tenido precisamente en estos últimos años.
Ahora, la esperanza del tenis sueco recae en dos hermanos de origen etíope, Elías y Mikael Ymer. Este último, el menor, tiene 21 años y se encuentra situado en el puesto 68 del mundo. Tras conquistar cuatro torneos del circuito Challenger, el año pasado se dejó ver en las Next Gen Finals de Milán, donde compartió grupo con otros dos jóvenes talentos, el italiano Jannik Sinner y el estadounidense Frances Tiafoe, contra los que cedió en el evento italiano pero a los que después logró vencer este año en Montpellier y Auckland, respectivamente.
En una nueva sección de ATP Al Descubierto, Ymer se abre revelando su lado más personal, estableciendo como uno de sus objetivos prioritarios ser un buen ejemplo para los niños de su país, ser capaz de inspirarlos para que en un futuro puedan cumplir también sus sueños. También deja clara su admiración por Stefan Edberg, del que destaca su gran humildad y lo mucho que le ha ayudado a él y a su familia.
Ejemplo para las jóvenes generaciones
“Yo juego por mí mismo, por mi familia, por mi país, pero también por la siguiente generación. Y con esto no sólo hablo de tenis. Me sentiría muy contento si lograra tener un impacto en la vida de todos estos niños suecos para que luchen por cumplir sus sueños. Hacerles creer que no importa de dónde vengas, cuál sea tu origen o tus circunstancias económicas. Se trata de arriesgarte por algo e ir a por ello”.
Ética familiar de trabajo
Los padres de Mikael y Elías emigraron desde Etiopía a Suecia. Su padre, Wondwosen, trabaja en una compañía láctea, mientras que su madre, Kelem, es doctora. Ahora todos viven en Estocolmo, pero si algo comparten todos ellos es una mentalidad de trabajar duro.
“Creo que, como tenista, estás acostumbrado un poco a pensar más en ti mismo, pero una de las cosas más importantes que he aprendido en esta vida es el poder ser recordado como un buen chico. Eso es algo muy importante para mí, haber sido amable con todos”.
El ejemplo de Edberg
“La forma en la que se comporta y la humildad que mantiene después de haber sido uno de los mejores jugadores de la historia es realmente inspirador para mí. Trata a todo el mundo por igual y siempre ha sido muy amable conmigo y con mi familia”.
Un hombre del pueblo
“Solamente tengo 21 años, por supuesto que estaría muy sorprendido si creyera que ya lo he aprendido todo. Hay cosas en las que estoy trabajando cuando no estoy en la pista, tratando de averiguar que modelo de conducta quiero o debo ser. Obviamente, existen objetivos por los que lucho, pero espero poder dejar el tenis siendo algo más que un tenista. Todavía no estoy seguro de cómo lo haré, me llevará algún tiempo resolverlo, pero lo principal sería considerarme un hombre del pueblo”.