El preparador australiano dio algunos detalles sobre cómo los momentos posteriores a la derrota de su pupilo, Jannik Sinner, en la final de Roland Garros frente a Carlos Alcaraz y las consecuencias que puede haber de esta.
Darren Cahill habla de la importancia de la final de Roland Garros para Sinner
Una final como la que protagonizaron Carlos Alcaraz y Jannik Sinner en el reciente torneo de Roland Garros, resuelta a favor del español remontando dos sets a cero y tras cinco horas y media de continua batalla, no se olvida tan fácilmente, especialmente del lado del perdedor.
Darren Cahill, uno de los hombres fuertes del equipo técnico de Sinner, reveló lo que sintieron, tanto el italiano como todo su equipo, en los momentos posteriores a la derrota. En declaraciones al podcast ‘Served with Andy Roddick‘, cuyas palabras también recoge Espn Deportes, el preparador australiano comentó que el número uno del mundo se sumió en un silencio absoluto tras la ceremonia de premios y que nadie hizo esfuerzo alguno por abrir la boca, comprendiendo que era justo eso, silencio y calma, lo que necesitaba Sinner en ese momento.
El oceánico dejó claro que esta derrota acompañará al italiano de por vida, pero también sabe que éste pasará página por su constante afán por mejorar como jugador.
Silencio sepulcral de Sinner
“La decepción fue enorme, el silencio absoluto. Jannik se sentó durante veinte minutos sin decir una palabra y nosotros, uno por uno, le dimos un abrazo. Como entrenador no puedo pedir más. Fue un partido de tenis brillante y serio, con un gran respeto entre los dos. Fue un verdadero honor estar allí“.
No fue una derrota más
“No había nada que decir. Después de todo lo que había dado en la pista, era justo dejarlo solo con sus pensamientos. Se le escaparon algunas lágrimas, y no solo a él. Fue duro para todos. Debo decir que incluso horas después, esa noche, aún no lo había asimilado. Y nunca lo hará. Un partido así te marca toda la carrera, pero puede ser un punto de inflexión“.
Su resiliencia puesta a prueba
“Tiene una ética de trabajo extraordinaria, resiliencia, un propósito bien definido. Le encanta el tenis, planea jugar hasta los 37 o 38 años. Tiene una perspectiva diferente: sabe que su carrera puede durar mucho tiempo e invierte en ello. Y esa resiliencia, después de París, se pondrá a prueba. No importa si gana o pierde en los próximos torneos, la clave será cómo reaccione y siga empujando“.
Convertir la decepción en motivación
“Intentaremos aprovechar esa decepción para dar un paso adelante. Jannik ya ha vuelto a empezar. Al día siguiente ya había cambiado de actitud. Obviamente no lo ha olvidado, ni lo hará: ha pasado página. Tiene una gran capacidad para darle a cada cosa el peso que le corresponde y conoce el valor de un partido en comparación con la vida real“.
Constante aprendizaje del número uno
“En los primeros sets de entrenamiento, antes de Roma, no éramos tan optimistas. Pensamos: esperemos que gane al menos un par de partidos. En cambio, llegó al final. Una de las cosas increíbles de Jannik es que siempre nos sorprende. A estas alturas, se ha vuelto normal. Nos ha acostumbrado a esto“.