El 2020 no pudo terminar mejor para una Aryna Sabalenka. La bielorrusa sigue consolidándose como una de las jugadoras a tener en cuenta en el circuito femenino, tras cerrar su gran temporada con dos títulos.
Shenzhen y Adelaida
Arrancaba un 2020 con esperanzas renovadas para una Aryna Sabalenka que buscaba codearse con las grandes, y aspirar a cosas importantes, sobre todo en Grand Slam. El primer batacazo llegó a las primeras de cambio, al perder con Kristyna Pliskova en Shenzhen, aunque la semana siguiente se resarciría llegando a semifinales en Adelaida, ganando a Simona Halep, y cediendo en semifinales ante la joven Dayana Yastremska.
De Australia al primer trofeo del año
Llegaba el primer Grand Slam de la temporada en Melbourne, y la cosa no podía ir peor, con derrota a las primeras de cambio ante Carla Suárez, dejando una imagen de muchísima irregularidad en su juego.
Acto seguido, haría el milagro con su país en la Fed Cup, de clasificar a Bielorrusia a la final, siendo parte activa en la eliminatoria. Llegaba la gira asiática, y tras una derrota en Dubai ante Simona Halep en cuartos de final, lograría el primer título del año, al coronarse en Doha, venciendo a Petra Kvitova en la final, y demostrando su calidad sobre pistas de cemento, además de su gran poderío al servicio. Parecía que todo iba sobre ruedas, pero apareció el coronavirus para frenar el tenis a nivel mundial.
Malos resultados en la gira estadounidense
El tenis volvió en agosto, y el primer torneo para la bielorrusa fue el de Lexington, en donde caería ante la joven Coco Gauff, dejando una sensación de mucha irregularidad, algo a lo que nos tiene acostumbrados. La gira americana no fue demasiado productiva para Aryna, cayendo en segunda ronda en Cincinnati y en el US Open, dejando una sensación de muchísima irregularidad en sus golpes, algo habitual en ella.
Otros dos trofeos
Llegaba la tierra batida, en concreto Francia. Primero Estrasburgo, en donde alcanzó las semifinales, cayendo ante Elina Svitolina, y en Roland Garros, volvió a decepcionar en un Grand Slam, cayendo en tercera ronda ante Ons Jabeur. Pero lo mejor estaba por llegar, en concreto en la gira indoor europea, con dos títulos, en Ostrava y en Linz. Se vio a una Sabalenka muy cómoda con su tenis ofensivo, y su gran servicio la acompañó durante este último tramo de temporada. A punto estuvo de perder en cuartos de final en Ostrava con Sara Sorribes, pero su tenis de todo o nada hizo que obrase el milagro, y acabara levantando el título, y cerró el año con otra gran actuación en Linz, sumando el octavo título a su palmarés con tan solo 22 años.
Un 2020 que resume la irregularidad del tenis de la bielorrusa, capaz de lo mejor y de lo peor, pero sigue demostrando que tiene muchísimo tenis para pelear con las mejores, aunque en ocasiones la cabeza no la acompañe del todo. El 2021 es el año en el que deberá demostrar si es capaz de asaltar los Grand Slams, o si por el contrario se mantiene esa tónica irregular de estos últimos años.