Dos de los eventos deportivos más importantes del año coincidirán en mes, día y hora en 2018. La organización de Wimbledon ha rechazado la posibilidad de adelantar la final en la catedral del tenis, por lo que habrá que elegir.
Las primeras semanas de Julio se suele caracterizar por albergar una de las finales más bonitas que existen a nivel deportivo. El All England Club se viste de blanco impoluto para asistir a la final del torneo más prestigioso y tradicional del mundo del tenis. Un lugar en el que únicamente algunos de los mejores jugadores de la historia han sido capaces de levantar el trofeo dorado. Y sin duda, al hablar de Wimbledon, es casi obligatorio mencionar a Roger Federer, el auténtico dominador del torneo a lo largo de toda su historia. El suizo, ocho veces campeón, ha sido capaz de deslizarse por la Centre Court como si de la alfombra de su casa se tratase.
No obstante, el radiante verdor de la pista británica tendrá rival este año. Y no es uno cualquiera, ya que se celebrará al mismo tiempo la final del Mundial de Fútbol de Rusia 2018.
Dos pantallas simultáneas
Será el domingo 15 de Julio cuando se produzca una de esas incómodas situaciones que nunca querríamos que se produjesen. Un auténtico varapalo para los aficionados del tenis y del fútbol, ya que coincidirán los dos eventos más importantes del año de ambos deportes. Aun así, parece que la pérdida de espectadores por parte del torneo londinense no será suficiente motivo para cambiar el horario de la final, como tampoco lo será para la organización del Mundial. Una coincidencia que nos partirá el corazón y mucho me temo que también la pantalla, ya que el único remedio que nos queda a los aficionados de ambos deportes es la visualización simultánea.

No obstante, voy a intentar ir más allá y ser un poquito perverso.
¿Alguien se imagina el disparate que resultaría si Inglaterra llega a la final del Mundial?
Parece complicado que el equipo liderado actualmente por Harry Kane sea finalista. Su primer y único Mundial, logrado en Wembley en 1966, ha sido la única gran alegría de los británicos, que no han sido capaces de competir con garantías de éxito a lo largo de su historia.
¿Pero si se diese el caso de que la selección de Inglaterra pise el suelo de Moscú el 15 de Julio? ¿Por quién se decantarían los aficionados ingleses? ¿Cuál sería el perjuicio para los aficionados en general? ¿Y si a su vez, (siendo lo más perverso que puedo ser), se tratase de la última final de Roger Federer en Wimbledon? ¿Podríamos decantarnos por alguna de las dos?
Por todo esto, es bastante obvio que, a falta de acuerdo, los mayores perjudicados seremos los amantes del deporte.