Efemérides

Final Roland Garros 1999: Steffi Graff – Martina Hingis

Graf Hingis final Roland Garros 1999
Martina Hingis llorando en Roland Garros 1999 acompañada por su madre | Foto: rolandgarros.com

El 6 de junio de 1999 pasó a la historia como el día que cambió la historia de Martina Hingis. La suiza tocó la gloria de Roland Garros con los dedos, pero una bola absurda que fue `mala´ cambió el rumbo de su carrera. Graff salió por la puerta grande aclamada por todo el estadio y Hingis una de las más criticadas.

Allá por 1999 Steffi Graff seguía compitiendo a un gran nivel en el circuito femenino, aunque las jóvenes promesas que se cruzaban en su camino ya le superaban como era el caso de las hermanas Williams o la protagonista de esta final, Martina Hingis la `nueva sucesora´ de la alemana. Muchos comparaban a la suiza con Monica Seles o la mismísima Steffi Graff. Martina tenía una elegancia y un talento innato por el tenis, acompañado de una sutil volea.

Dos años le fueron suficientes para imponer su ley en el circuito femenino y conseguir cinco Grand Slams. Únicamente el Grand Slam de Roland Garros se le había resistido. A pesar de haber llegado a la final en 1997, acabó perdiendo ante Iva Majoli que privó a la helvética de lograr el Grand Slam.

Antes de este gran encuentro en París, la alemana disputó una emocionantes semifinales ante Seles, siendo el último partido que jugaron ambas. En cambio Hingis había superado sin ningún tipo de problema a la vigente campeona del torneo, Arantxa Sánchez Vicario, ya una veterana del circuito. Sin duda es una de las finales que más se recuerdan por la épica remontada que se vivió en la pista central.

La discusión con la juez de silla

El marcador indicaba 6-4, 2-0 y saque a favor de Hingis que dominaba a placer. Entonces algo cambió en el partido. Con el encuentro dominado la juez de silla, Anne Lasserre cantó una bola a la suiza, pero Martina mandó a la juez bajar de la silla. Sin ningún problema bajó y confirmó que la bola era mala con la marca del suelo. Hingis en vez de enmendar su error en el partido no estaba conforme y comenzó la discusión. En vez de continuar con el partido, cruzo la pista y buscó el bote de la pelota que ella misma pensaba que había sido buena.

Sin duda fue su mayor error. En ese momento estaba rompiendo con la deportividad que suele tener el tenis. Además fue multada con un warning y la clave de todo que los 16.700 espectadores presentes comenzaron a apoyar al unisono a Graff. Cuando la alemana ganaba un punto la grada lo coreaba, en cambio con Hingis era lo opuesto siendo pitada continuamente. Martina siguió con la guerra y ahora se enfadaba con el público. De todas formas siguió dominando hasta el 5-4, momento en el que estaba a tres puntos de conseguir el trofeo. Graff se inspiró en el juego y consiguió ganar la segunda manga 7-5 mientras el público gritaba enfervorecido.

El fin entre lágrimas

La tercera manga no tuvo color, Graff ganó cómodamente. Hingis saludó a su rival en la red de manera fría y se fue entre llantos al vestuario. La suiza no quería salir a la entrega de premios, pero su madre Mélanie Molitor fue a buscarla para convencer a su hija. Finalmente pudo salir y felicitar a Graff, que recibía de manos de Margaret Court (jugadora con récord de Grand Slam) el trofeo Suzanne Lenglen. La alemana recogió de esta manera el título número 22, aunque sería el último y se lo dedicó a todos los espectadores.

Graff reconoció que sin duda fue su título más especial, ya que sin el apoyo del público no lo hubiera conseguido. Al otro lado, Hingis pasó de ser una de las jugadoras más queridas a una de las más criticadas.  Esto marcó a la jugadora que nunca más ganó un Grand Slam y que cuatro años después se retiró sorprendiendo a todos. Martina Hingis nunca logró `borrar´ esa mancha de aquel día en Roland Garros, con una bola que cambió su carrera.

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