Crónicas

Moutet se lleva un duelo caliente ante Carballés Baena en Chile

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Corentin Moutet, el protagonista de la jornada en Santiago. | Foto: Movistar Chile Open

En un duelo híper bizarro, Corentin Moutet venció 6-3, 5-7 y 6-2 a Roberto Carballés Baena para avanzar en el ATP 250 de Santiago. Su próximo rival será Tirante o Fonseca.

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Moutet sobrevive a una intensa batalla

En busca de confianza y rodaje, Corentin Moutet decidió regresar a Sudamérica. Sin embargo, no encontró los mejores resultados y hasta perdió la cabeza en algunos partidos. Quedó eliminado en la primera vuelta de la fase previa de Córdoba y Buenos Aires. Con un buen nivel, superó la de Río y Santiago. En Chile, se medía al siempre duro Roberto Carballés Baena, que arrastraba una racha de tres derrotas al hilo.

Corentin se adelanta, Carballés iguala

Como era de esperarse, por sus características, el cotejo tuvo un comienzo movido. Ya en el juego inicial, Carballés disponía de una bola de quiebre. Sin embargo Moutet, atento, lo trabajó y salió adelante. Desde ahí, ambos se plantaron en el fondo y se vio un partido entretenido, aunque muchas veces perjudicado por el estado de la cancha. Extensos intercambios, lujos y mucha pasión. En cuanto fue pasando el tiempo, el francés se animó, le puso seriedad al asunto y, con tan solo una chance, ganó la manga por 6-3.

En el segundo, ya con un clima más caliente, casi que rozando la falta de respeto, el español logró evitar eso y dejó en jaque a su rival. Concentrado, trabajó los puntos, fue paciente e inició 2-0. Si bien llegó a liderar por un considerable tiempo, Moutet lo sacó de sus casillas y empató. Cuando todo indicaba que se definía en un tie-break, Carballés resurgió, se nutrió de los errores ajenos y puso tablas por 3-6, 7-5. Ante esto, el francés descargó su frustración revoleando la raqueta casi quince metros.

El francés lo cierra en tres

Siendo de madrugada en Chile y con menos de quince personas en el estadio, Moutet activó el modo pesadilla. Comenzó a festejar errores ajenos en voz alta, a gritar en cuatro idiomas diferentes y a poner en tela de juicio cada pique. Desentendido, incómodo y hasta cansado, el español no le encontró respuesta y cometió una gran cantidad de errores. En tanto el francés, gozando del momento, se soltó y mostró una gran versión para tomar la ventaja. Finalmente, ante un Carballés quemado, Moutet se llevó un triunfazo por 6-3, 5-7 y 6-2.

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