Llegaba Wimbledon 2004, y una joven rusa llamada Maria Sharapova venía de proclamarse campeona en Birmingham, y con tan sólo 17 años, ya se hablaba y mucho de ella en el circuito. Wimbledon sería el nacimiento de una nueva estrella que había venido para quedarse.
El trofeo de Maria Sharapova en Wimbledon
Título en Birmingham, y confirmación en Londres
La semana anterior, la rusa venía de reinar en Birmingham, y era una de las claras aspirantes a hacer algo en la hierba londinense, aunque había otras candidatas más potentes. Si juego de tenis ofensivo, se adaptaba muy bien a la hierba. Se venía hablando de una joven rusa de 17 años, que podía dar el batacazo en Wimbledon, como así sucedió. Aquel Wimbledon marcó el nacimiento de un nuevo diamante en bruto en Rusia. De nombre Maria y de apellido Sharapova.
Wimbledon, el colofón final a su explosión como jugadora
Llegaba Wimbledon, y tras haber ganado en Birmingham, las expectativas eran altas. La rusa comenzó en primera ronda venciendo a Beygelzimer por un contundente 2-0. La segunda ronda le deparaba un duelo con la carismática local Anne Keothavong, a la cual derrotaría en sets corridos. Ya en tercera ronda, esperaba un hueso duro, Daniela Hantuchova, a la cual derrotaría fácilmente, cediendo solamente cuatro juegos. Ya en octavos, derrotaría a Amy Frazier, en una nueva victoria en sets corridos. En cuartos de final, esperaba la japonesa Ai Sugiyama, gran doblista. La vencería por 5-7, 7-5 y 6-1, en un ajustadísimo partido. Llegaban las semifinales. El momento de la verdad.
Y ahí es donde se produjo la explosión de la joven de 17 años. En semifinales, esperaba ni más ni menos que Lindsay Davenport, ganadora en la edición de 1999. En un partido de altísimo nivel, la rusa remontó un set en contra, para vencer por 2-6, 7-6 y 6-1, y acceder a la gran final, donde esperaría Serena Williams. Las dos últimas rondas fueron ante jugadora muy similares a ella, de un perfil muy agresivo. La final, ante toda una Serena Williams.
El momento de la verdad. Y ahí es donde la joven Maria demostró el porqué de su gran calidad. En un auténtico partidazo, la derrotó por 6-1 y 6-4. Un recital de golpes ganadores, fruto de su tenis ultra ofensivo. A base de derechazos y reveses, desarboló por completo a la americana, para conseguir su primer título de Grand Slam, con tan sólo 17 años.
Ese día nació una estrella, que llegó para quedarse. Una jugadora que se adaptaba de maravilla a las superficies rápidas, gracias a su tenis ofensivo. Wimbledon fue el lugar elegido para comenzar una carrera brillante, la cual la llevó a ganar todos los Grand Slams del calendario, algo al alcance de muy pocas. Maria Sharapova y Wimbledon, una historia de amor eterno. El lugar donde comenzó todo.