El tenista español venció al japonés Yasutaka Uchiyama por la vía rápida (6-0, 6-3) en su estreno en el Challenger de Oeiras 3. Alcaraz enfrentará ahora al ganador del duelo entre Nakashima y Hanfmann.
Carlos Alcaraz decidió jugar este importante Challenger en Portugal para poder ganar en ritmo de competencia, pensando en los próximos torneos, y con una buena oportunidad de encarrilar victorias para engrosar su confianza. El pupilo de Juan Carlos Ferrero venía de disputar el Mutua Madrid Open, donde superó a Mannarino antes de caer ante Rafa Nadal en segunda ronda. En ese último partido, sufrió algunas molestias abdominales, que lo forzaron a descansar por algunas semanas antes de volver a competir.
Por su parte, Yasutaka Uchiyama venía de un mal pasaje de temporada, con tres derrotas consecutivas. El japonés suele tener predilección por jugar sobre pistas rápidas, por lo que enfrentar a Alcaraz suponía un riesgo muy alto. Justamente, decidió disputar Challengers tanto en Zagreb como en Oeiras para mejorar sus sensaciones de cara a la Qualy de Roland Garros.
Sencilo estreno para Alcaraz
El partido inició con un Alcaraz que ya mostraba su intención de ser agresivo desde los primeros juegos, y de forzar mucho al error a su rival. Uchiyama, mientras tanto, estaba muy incómodo al servicio, que suele ser una de sus principales armas. Los quiebres empezaron a llegar en favor del español, que generó una ventaja en el score, cada vez más difícil de recuperar para el japonés. Sin bajar la intensidad ni ceder oportunidades a su rival, Alcaraz cerró la primera manga a su favor por 6-0.
La tendencia no variaría para el segundo parcial, con un break del español en el primer juego, para ya dominar completamente el score. Alcaraz se dedicó a mantenerse constante en su nivel, más allá de una subida de Uchiyama. Carlos conretó un segundo break, para servir para partido, aunque el japonés lo recuperó inmediatamente para postergar el festejo español. Sin embargo, la espera no sería tan larga, y un nuevo quiebre seguido, le permitió adueñarse de la victoria con un 6-3 final.