Después de la fantástica buena camada del 92 el tenis argentino entró en un gran bache. Solo Pedro Cachin ganó un Challenger en el 2015; ningún otro tenista del 93 y camadas posteriores pudieron ganar un Challenger, mucho menos un título ATP. Son muchos tenistas que no consiguen dar el salto, pero que lo seguirán intentando en el 2018.
La camada del 93
Esta camada nunca tuvo una promesa descollante, un juvenil con grandes resultados. En la época de Junior se destacaron Dante Gennaro, Juan Ignacio Londero, Tomi Lipovsek, Gastón Paz y Mariano Urli. Luego Julián Busch y Juan Fiesta sorprendieron y nos ilusionaron ganando su primer punto ATP con apenas 15 años. Ambos se quedaron en eso, en ilusiones, hace ya años que no juegan profesionalmente.
El Topo Londero arrancó muy bien, tuvo un rápido ascenso y con 20 años llegó al top-200. Cuando parecía que iba a dar el gran salto se quedó. Para mí, se apresuró, tendría que haber jugado un poco más Future. Luego algunas lesiones lo relegaron y no pudo retomar el nivel que tuvo en el 2014. Tomi Lipovsek, con su tenis prolijo, se quedó estancado. Tuvo buenos resultados entre los Future, aunque no pudo dar el salto a los Challenger. Franco Agamenone tardó en despegar, tuvo un muy buen 2016, pero tuvo un 2017 muy irregular, quizás por mala elección de su calendario.
Dante Gennaro tuvo un gran 2017 y viene en ascenso. Tanto Franco como Dante alcanzaron su mejor ranking en el 2017. La temporada pasada volvió Nicolás Uryson, quien jugó varias temporadas en el tenis universitario norteamericano. Están dando pelea Lucho Doria, quien vuelve de un largo parate, Juan Ignacio Iliev, quien juega mucho en Europa, fuera del circuito ATP; Alan Kohen y Agustín Suárez González.
La camada del 94
Esta camada prometía mucho. El Tala Mateo Martínez fue top-10 y el Toro Juani Galarza fue top-20 entre los Junior. Varios ganaron puntos ATP a muy temprana edad: Herni Casanova, Agustín Torre, Nico Arreche, Tomás Iriarte, Gastón Gastien, Leo Portmann, Tomás Iriarte, Manu Barros, Seba Pini, Matías Descotte, Juan Cruz Estevarena. Una camada muy rica en cantidad.
En la actualidad los abanderados de esta camada son Herni Casanova y Juani Galarza, quienes recuperan posiciones tras una serie de lesiones. Tuvieron buen éxito entre los Future, pero todavía no se pudieron afirmar entre los Challenger. También las lesiones postergaron a Juan Ameal, Toti Torre, Nico Arreche, el Tala Martínez o Manu Barros. El Cuervo Ameal de muy lenta recuperación, por fin volvió al top-1000.
Nico Arreche y Toti Torre cerraron el 2017 con buenas actuaciones. También volvió el Tala Martínez, todavía muy lejos de sus mejores momentos. Manu Barros lo intentó varias veces pero aún no recuperó su mejor forma. Esperemos que los cinco arranquen el 2018 al 100%. Durante el 2017 sorprendió Federico Moreno, quien consiguió meterse por primera vez en el top-1000. Juan Cruz Estevarena juega en el tenis universitario norteamericano.
La camada del 95
Siempre se destacaron el cordobés Pedro Cachín y el quilmeño Juan Pablo Paz. Pedro fue top-10 entre los Junior, ganando a los 20 años ganó su primer Challenger y estando muy cerca del top-150 cuando una serie de lesiones en la columna lo dejaron sin acción. Si bien jugó durante todo el 2017, su irregularidad indica que no está en su mejor condición. Juan Pablo Paz jugó poco entre los Junior, enfocó su carrera en el tenis profesional. Juega en Future desde los 16 años. Si bien hace una mala campaña, todo le cuesta mucho. Le cuesta cerrar los partidos, ganar partidos, ganar torneos, y nunca se pudo afirmar entre los Challenger. Tenis tiene, tendrá que ajustar otros detalles. El rosarino Gonzalo Villanueva entró muy bien entre los Future, pero con muchos altibajos nunca terminó de despegar. De esta camada siguen en la lucha Alejo Vilaro, Tomás Gerini, Lucho Betella.
La camada del 96
Brillaron entre los Junior Francisco Bahamonde y Matías Zukas. Ambos fueron top-20 y prometían mucho. Tomaron malas decisiones en el campo profesional. El mendocino se nacionalizó italiano, desarrollando una pobre campaña. Actualmente está retirado del tenis profesional. El santafesino Zukas, tuvo un buen 2016, pero durante el 2017 jugó muy poco, con una campaña muy irregular y teniendo un inesperado retroceso. El actual abanderado de esta camada es el Conde Mariano Kestelboim, quien enfocó su carrera entre los Future y este año intentará insertarse entre los Challenger.
El cordobés Franco Egea, hizo un buen 2017, quedando segundo en su camada. Espero que vuelva en cualquier momento Santi Villarruel, que tuvo una floja temporada. Martín Carrizo está tratando de afirmarse entre los Future. Nicolás Bianchi y Nicolás Ferrando son los otros 96 con puntos ATP. Lautaro Pane, quien había logrado un punto ATP siendo muy joven, se fue al tenis universitario. El mendocino Facundo Alvo que había brillado en por un momento, después se apagó.
La camada del 97
Franco Capalbo fue nuestra figura entre los Junior del 97, llegando a ser top-20. Gerónimo Espin llegó a estar entre los 40. Ambos tuvieron dificultades para entrar entre los profesionales, a tal punto que el riojano Espin se tomó casi “un año de descanso”. Por suerte para el tenis, volvió con todo en el segundo semestre del 2017 ubicándose cerca del top-800. Franco nunca se pudo afirmar en la categoría. Actualmente el abanderado de esta camada es Juan Pablo Ficovich, que empezó a jugar entre los profesionales desde los 16 años. Aunque se quedó al final del 2017, llegó muy cerca del top-350. Es de esperar que en el 2018 se afiance entre los Challenger. Necesita mejorar su preparación física, ganar más velocidad, quizás potencia física.
El mendocino Facundo Juárez es otra de las gratas revelaciones. Sumó su primer punto a finales del 2016 y en 2017 no paró de sumar, terminando dentro de los mejores 900. Otro caso para tener en cuenta es el platense Fermín Tenti, un gran jugador con múltiples títulos en Tenis de Mesa que se volcó de lleno al tenis de campo. Y viene sumando. Entre quienes ya tuvieron su punto ATP pero no hicieron pie en la categoría están Gonzalo Ribera, Felipe Derdoy, Felipe D’Annunzio.
Felipe Martínez Sarrasague tuvo una sorprendente actuación en 2017 llegando muy cerca del top-800. La alegría duró poco, se fue a jugar tenis universitario norteamericano. Federico Herrera Durán ganó su primer punto ATP a temprana edad también continúa su carrera en el tenis del norte.
La camada del 98
Con el bragadense Genaro Olivieri a la cabeza esta camada tuvo buenos resultados en las categorías menores. Gena terminó top-10 entre los Juniors. En su primera temporada a full entre los profesionales llegó al top-500, afirmándose como el gran abanderado de la camada. Su gran 2017 ilusiona, crea buenas expectativas en torno a su futuro. El mendocino Manuel Peña López con un buen cierre de temporada terminó entre los mejores 700. Francisco Cerúndolo y Valentino Caratini, dos buenos representantes de la camada siguen su carrera en el circuito universitario norteamericano. Andrés Ciurletti se nacionalizó italiano y hoy juega representando ese país.
Lograron sus primeros puntos ATP Santi Besada, Leonardo Aboian, Nicolás De Marco, Nicolás Bacella. Un párrafo aparte para el tenista Juan Martín. Había jugado muy pocas qualy de Future en el país durante 2014, 15 y 16 sin poder pasar la clasificación. Un buen día de abril de este año apareció jugando qualy en Antalya. En un Future pasó a octavos de final sumando su primer punto, en seguida de la qualy a cuartos sumando otros dos puntos. Así como vino, desapareció. Nunca más jugó. Un caso que llama poderosamente la atención. Esta camada recién terminó su primer año como profesionales, todavía tienen mucho camino por recorrer.
Sumando los títulos de los tenistas de estas seis camadas superan los 40 Títulos Future en los cinco últimos años. Lo que cuesta creer es que no pudieron dar el salto. Asusta saber que apenas ganaron un solo título Challenger. Esperemos que en el 2018 se pueda revertir esta incómoda situación y podamos festejar el primer título Challenger de varios de estos muchachos.