La tenista valenciana superó un duro compromiso de primera ronda. Sorribes ganó en tres mangas a un jugadora que le sienta muy bien el césped, Ana Konjuh (6-3, 3-6, 6-3). La española se enfrentará en la siguiente ronda a la alemana Kerber.
El debut de Sara Sorribes en Wimbledon llegaba en la jornada del miércoles. La valenciana venía de jugar en el torneo alemán de Bad Homburg en el que se plantó en semifinales después de una gran semana demostrando que su tenis también es efectivo en hierba. En frente tenía una dura rival y una jugadora que siempre ha sacado gran rendimiento a la gira de césped Ana Konjuh. La croata además venía de superar la fase previa y llegada con confianza a esta primera ronda del cuadro final.
El primer set tuvo muchas alternativas y es que en los seis primeros juegos se vieron hasta cinco roturas. Ni la española ni la croata estaban cómodas con el servicio. De todo este intercambio salió beneficiada Sorribes que después de confirmar el último break ponía el 5-2 en el marcador. Finalmente con su servicio llegó la oportunidad de ganar el primer set pero no fue hasta la cuarta opción cuándo cerró la primera manga.
La croata no iba a rendirse y además era ella la que llevaba la iniciativa en el marcador. En la segunda manga se vieron tres breaks consecutivos, entre el sexto y el octavo juego y esta vez la que salió victoriosa fue Konjuh, que tras el 5-3 tenía sus manos el servicio para llevar el duelo al set definitivo Ana no falló y el partido se iba a la tercera manga que iba a decidir a la ganadora.
Sara a soñar
Sorribes comenzó golpeando y es que rápidamente puso el 2-0 en el marcador, abriendo brecha en el casillero. Konjuh justamente en el siguiente juego consiguió el contra break para poner el 2-1 y seguir pegada en el marcador a la española. Las alternativas al resto eran constantes, pero la clave del partido estaba en ir por delante en el marcador hasta los juegos decisivos. Sorribes aprovechó muy bien que era la primera en tener el servicio y de esta manera ganó el séptimo juego. Justamente después en el octavo, llegaron dos bolas de break y a la segunda consiguió un break que la dejaba el partido en sus manos. Con su saque no falló y a la segunda bola de partido certificó la victoria en el debut de Wimbledon.