La web oficial de la ATP rememora aquella edición del Grand Slam parisino, que significó el octavo título para Rafa Nadal al derrotar en la gran final a otro español, el alicantino David Ferrer. Esa fue la vez que más cerca estuvo el ex número tres del mundo de conquistar un grande. Realizó un torneo casi perfecto pero, por desgracia para él, se topó en la final con el peor rival posible.
Durante mucho tiempo fue considerado como el número uno de los mortales, uno de los tenistas con mejor palmarés sin haber conquistado un Grand Slam. Como le sucedió a muchos otros, David Ferrer tuvo que lidiar con, probablemente, la mejor generación de tenistas de la historia (Big Three, Murray, Wawrinka, Del Potro, etc), teniendo el privilegio, no obstante, de finalizar como el tercer mejor jugador del mundo en el año 2013.
Fue, precisamente, en aquella temporada cuando el alicantino tuvo el privilegio de disputar su primera y única final de Grand Slam. El torneo no podía ser otro que Roland Garros, donde el de Jávea pudo por fin romper la barrera de las semis en su sexta oportunidad. Una edición que la web oficial de la ATP se ha encargado de rememorar aprovechando que en estas fechas se tendría que estar disputando el Grand Slam parisino, pospuesto hasta el próximo otoño por la crisis del coronavirus.
A la sexta fue la vencida
Con 31 años y siendo el número cinco del mundo por aquel entonces, Ferrer necesitó de 42 participaciones en Grand Slam, el que más, para alcanzar su primera final en un torneo grande. Anteriormente, ya se había en cinco ocasiones a las puertas. La primera fue en el US Open 2007, donde un emergente Novak Djokovic le derrotó con claridad en sets corridos. Cuatro años después y de vuelta entre los diez mejores del mundo, el español disputaría su primera semifinal del Open de Australia, estando mucho más cerca de alcanzar la final. Sin embargo, el escocés Andy Murray le apartó de ella en una batalla titánica de cuatro sets y más de cuatro horas de duración.
Al año siguiente doblaría. Primero, en Roland Garros, cayendo sin ninguna opción ante Nadal, mientras que en ‘Flushing Meadows‘ fue doblegado otra vez por Djokovic en cuatro mangas. Ya en 2013 y justo antes de su hazaña en París, Ferrer volvió a las semis en Melbourne, pero de nuevo Djokovic se interpondría en su camino. Y así se llegó a Roland Garros 2013, el torneo en el que, a la sexta, Ferrer lograría romper la muralla de las semifinales de Grand Slam.
Un torneo inmaculado hasta la final
El alicantino se encontraba en el mejor momento de su carrera y con Nadal y Djokovic en la otra parte del cuadro y un Roger Federer en horas bajas, esta se convertía en la gran oportunidad del español. El camino hacia la final no pudo ser más contundente, sin perder ni un sólo set en sus seis encuentros previos. Marinko Matosevic, Albert Montañés, Feliciano López, Kevin Anderson, Tommy Robredo y Jo-Wilfried Tsonga. Todos ellos sucumbieron ante El Gladiador, que alcanzaba, así, su pico más alto en un Grand Slam. Así lo resumía con sus propias palabras tras alcanzar la final: «Me siento muy bien, muy contento. Estar en la final de Roland Garros es un sueño, lo más importante de mi vida».
El peor rival posible
El problema era que para levantar La Copa de los Mosqueteros, Ferrer tendría que hacer frente al mejor de la historia sobre arcilla, el peor obstáculo posible y ante quien tenía un cara a cara en contra desolador: 19-4. Ese no era otro que Rafa Nadal. Esta sería la cuarta final entre tenistas españoles en Roland Garros, tras las de Bruguera-Berasategui de 1994, Moyá-Corretja en 1998 y Costa-Ferrero en 2002.
Ese mismo año, Ferrer ya había caído ante el manacorí en los cuartos de final de Madrid y Roma. Aquel domingo 9 de junio de 2013 la historia tampoco resultó diferente. Con mucha más experiencia de su lado, Nadal aniquiló a su compatriota por 6-3 6-2 y 6-3 en dos horas y 17 minutos de juego, sumando su octava corona en París y el 12º Grand Slam de su carrera. Pese al amargo regusto del resultado final, Ferrer se marchó con la cabeza bien alta de la capital francesa, habiendo logrado dar un paso más en su carrera optando por primera vez a un título de Grand Slam.