La estadounidense y la alemana se medirán por ser la nueva reina de Wimbledon. Ambas cuentan con experiencia en este tipo de finales, aunque la gran veterana es Serena que puede alzar su 24º Grand Slam igualando el récord que tiene un sus manos Margaret Court.
Una final por todo lo alto espera en el cuadro femenino. Serena Williams y Angelique Kerber han brindado un tenis espectacular durante las dos semanas de competición, con el que han pasado por encima de sus rivales. Diez meses después de su maternidad, la ex número del mundo Serena Williams, participará en su décima final de Wimbledon. En frente estará la teutona Kerber, actual número 10 del ranking mundial, que buscará sumar su tercer Grand Slam, tras los conquistados en el Open de Australia y el Open de los Estados Unidos en el año 2016.
Ambas han tenido cuadros complicados en Londres, aunque es cierto que desde las primeras rondas el cuadro se despejó con la eliminación de muchas favoritas. La alemana ha tenido un camino fácil, pero en segunda ronda estuvo un set abajo ante la ganadora Júnior de 2017, la americana Claire Liu. Tras ese partido, no ha vuelto a ceder ni un set en todo el torneo, jugando a un gran nivel. Por otra parte, Serena Williams regresa a una final tras haber sido madre el año pasado. Poco a poco, ha ido recuperando su nivel, tras reaparecer en Indian Wells, y su lesión en Roland Garros, ha demostrado su gran nivel en la superficie en la que mejor se mueve.
Desde su debut en esta edición, Kerber superó a Znonareva, Liu, Osaka, Bencic, Kasatkina y Ostapenko. Por su parte la pequeña de las Williams vuelve tras su maternidad a una final de Major, con el objetivo de igualar el récord histórico de títulos de Margaret Court. La ex número uno venció a Rus, Tomova, Mladenovic, Rodina, Giorgi y Goerges, hasta llegar a la gran cita. Al igual que su contrincante del sábado, solo perdió una manga en el torneo, ante la italiana Giorgi.
Cara a cara
Kerber y Serena se han enfrentado en ocho ocasiones, con seis victorias para la americana y solo dos para la australiana. Es cierto que no se miden desde el año 2016, en concreto su último partido fue en este mismo torneo y una final en la que Serena venció en sets corridos (7-5, 6-3). La teutona ha superado a la estadounidense en Cincinatti (2012) y en la final del Open de Australia en el año 2016, aunque como hemos dicho en Wimbledon llegaría la revancha de la pequeña de las Williams.
Las claves
Se espera un partido igualado, con dos jugadores que tienen experiencia en este tipo de citas y saben como tiene que jugar en los momentos claves. Ambas se conocen muy bien, además de medirse ya en dos finales de Grand Slam. Será una final interesante. Serena buscará primeros, y así acortar los puntos, ya que si Kerber la consigue mover la americana sufrirá mucho de fondo. Por otra parte, la alemana buscará mover a Serena, y si lo consigue tendrá posibilidades de ganarla. Los primeros servicios y la jugadora que consiga llevar la iniciativa tendrá mucho ganado. Además la efectividad en las bolas de break, deben ser los puntos de acceso para las dos para tomar el relevo de Garbiñe Muguruza como campeona de Wimbledon.
Lo veremos en la pista, pero nos espera una auténtica final, y un buen partido. El porcentaje está con 60% – 40% en favor de Serena, pero si la alemana consigue restar sus saques, y hacerla correr, tendrá mucho hecho.
