La polémica alrededor del ojo de halcón sigue rodeando el mundo del tenis. En el Masters 1000 Roma, Marton Fucsovics cayó eliminado ante Basilashvili. Cuando el partido finalizó el húngaro hizo una foto a una bola que el árbitro dio por buena y se ve claramente que es mala. ¿Debe introducirse el ojo de halcón en tierra batida?
Más aciertos que fallos
Alonso Marí
La tecnología en el mundo del deporte ha sido un soplo de aire fresco durante los últimos años. En el tenis, en concreto, se ha logrado un gran progreso con el popularmente conocido “ojo de halcón”, hasta el punto que el sistema ha logrado ser determinante en numerosos partidos, intentando maximizar el nivel de justicia de cada una de las decisiones del juez de silla y de los líneas.
No obstante, la tierra batida es la única que no incorpora la mencionada tecnología, con buen criterio a mi parecer. Uno de los rasgos característicos de los partidos en polvo de ladrillo es la de poder identificar la marca de la pelota en la anaranjada superficie de la pista. No obstante, no es un método cien por cien eficaz, como hemos podido comprobar en el último partido de Fucsovics.
¿Es necesario implantar el ojo de halcón también en tierra batida tan sólo por un fallo detectado, por muy garrafal que sea? ¿Por qué no se cuentan también el número de aciertos en tierra batida sobre el bote de la bola? Además, ¿sabemos si el ojo de halcón tiene un cien por cien de fiabilidad? Por tanto, el tenis debe tener siempre las puertas abiertas al avance y, como no, a la tecnología, pero sin dejar que le engulla.

Un deporte más justo
Daniel Escudero
Según pasan los años los avances en la tecnología son mayores. Esto se ve reflejado en los deportes con la incidencia de la nueva tecnología, que buscan ser más justos. En el tenis el ojo de halcón ha hecho que aunque los jueces de línea se equivoquen, los jugadores tienen las opciones de reclamar y poder ver a través de un vídeo si la decisión que ha tomado es correcta. De esta manera se han ahorrado muchas trifulcas entre árbitros y jugadores.
El problema llega con la tierra batida, ya que el ojo de halcón no está presente en la gira de arcilla. El bote de la bola se queda en la superficie y en caso de dudas, tanto el jugador o el árbitro pueden marcar la bola. La mayoría de las veces todo se resuelve de manera deportiva y los jugadores se fían unos de otros o de los árbitros. Pero siempre existe alguna jugada en la que llega la discusión.
La polémica saltó nuevamente a la palestra en el Masters 1000 de Roma. Fucsovics cayó eliminado en primera ronda. En el tie break de la segunda manga el árbitro cantó una bola que claramente era mala. Al final el húngaro no reclamó más, acabó perdiendo, pero cogió su móvil e hizo una instantánea y subió a sus redes sociales. Muchos jugadores salieron a apoyar al húngaro ya que se que la bola es mala. Numerosos jugadores y jugadoras apoyan que también se instale esta tecnología en arcilla.
¿Por qué debe también introducirse sobre tierra batida? La tecnología es mucho más eficaz que el ojo humano. Por ello, todo lo que sea volver el deporte más justo y tomando las decisiones correctas beneficia al tenis. Además estas jugadas polémicas y discusiones entre jugador y árbitro acaban perjudicando al tenista y de esta manera su rendimiento suele bajar. En cambio cuando tiene la oportunidad de reclamar como en las demás superficies, el jugador ya no puede hacer más, viendo con sus propios ojos que esa bola ha sido buena o mala.