Dieciséis años después, Francia se apodera de la ensaladera que le acredita como mejor selección del mundo. Tras tres finales perdidas y una larga espera, el gallo vuelve a sonar alto en el planeta tenis. La eliminatoria se ha resuelto en el quinto y último punto, donde Lucas Pouille se ha erigido en héroe nacional tras dar la victoria que devolvía a los franceses el cetro mundial.
El día, eso sí, comenzaba con mejor cara para los belgas. El equipo visitante ha empatado la serie final a dos tras la contundente victoria en tres sets de David Goffin sobre Jo-Wilfried Tsonga (7-6 (5), 6-3, 6-2). El número uno belga ha dominado la mayor parte del encuentro. Es cierto que en el primer set, la cosa estuvo igualada, tanto que la manga se acabaría decidiendo en el tie break a favor del número siete del ranking ATP. Se atisbaba un choque largo y emocionante, pero no lo fue. Goffin ganó los dos siguientes parciales con facilidad 6-3 y 6-2. El belga se ha mostrado mucho más sólido y versátil en el juego que su rival. Poco se le puede reprochar a David Goffin, que ha ganado los dos partidos que ha disputado este fin de semana en Lille.
Pouille lleva a Francia a lo más alto
Todo lo contrario le ha pasado a su compañero Steve Darcis. El belga no ha hecho acto de presencia en el choque definitivo de la final, que le emparejaba con Lucas Pouille. La diferencia de calidad ha sido muy evidente en este encuentro, ya desde el principio, con un 3-0 inicial para el francés. Darcis ha salido muy agarrotado y no se ha recuperado en todo el partido. Ha jugado muy al fondo de la pista, y devolvía las bolas con reveses cortados sin fuerza, que no lograban cruzar la red. Por su parte, a Pouille se le ha visto mucho más decidido y valiente, subiendo a mitad de pista y rematando con mucha más potencia que su rival. Esto, sumado a la euforia de uno y el hundimiento del otro, ayuda a entender por qué Lucas Pouille le ha ganado 6-1 y 6-0 las mangas siguientes.
Al final, el Pierre Mauroy de Lille ha dejado de ser gafe para Francia en una final de la Davis. Yannick Noah, capitán de los galos, ha conseguido su tercera ensaladera como seleccionador, la décima para el combinado tricolor. Por su parte, Bélgica se vuelve a quedar a las puertas de una Copa Davis ( y ya van tres oportunidades perdidas ) y el país de Zidane, Sartre y Platini vuelve a estar en la cúspide del tenis mundial.