En una entrevista realizada por la web oficial de los Juegos Olímpicos, la tenista grancanaria cuenta lo especial que para ella serán los de Tokio, los cuartos y últimos que disputará.
Esta madrugada dará comienzo el tenis en los Juegos Olímpicos de Tokio. Unos Juegos que serán los últimos para Carla Suárez Navarro. La grancanaria, una de las mejores tenistas españolas de los últimos 15 años, se ha visto obligada a pasar por una infinidad de obstáculos en los últimos 12 meses, entre los cuales el más grave sin duda fue el Linfoma de Hodgkin que se le diagnosticó el pasado mes de septiembre.
Afortunadamente, Carla anunció en mayo la noticia que todos deseábamos oír: estaba completamente curada. A partir de ahí, su último deseo como profesional, retirarse en la pista y en los torneos que más han marcado su carrera, volvió a cobrar fuerza. En Roland Garros y Wimbledon lo logró, llevándose además la merecida ovación del respetable. Y ahora llegan sus cuartos y últimos Juegos Olímpicos, una cita donde competirá tanto en individuales (vs Ons Jabeur en primera ronda) como en dobles (debutará mañana junto a Muguruza).
En una entrevista realizada por la web oficial del evento, Carla explicó la razón por la que esta cita olímpica va a ser la más especial de todas y la importancia que tenía para ella retirarse en la pista, jugando y volviendo a disfrutar de lo que más le gusta. Además, la española se refirió a la gran amistad y compenetración que la une con su compatriota Garbiñe Muguruza.
La importancia de terminar su carrera en sus propios términos
“Yo tenía muy claro que el 2020 iba a ser el último año, pero después de la enfermedad, lo que no quería es que la gente me recordara así. Quería disponer de una última oportunidad de poder jugar tres o cuatro torneos para poder despedirme en una pista de tenis. No me quería ir por la puerta de atrás. Lo deseaba por todos los años que llevo, por el sacrificio, por todo el trabajo puesto en ello durante tantos años».
«Por la familia también, porque al final ellos hacen muchos esfuerzos. Tengo esas ganas de poder pisar una pista por última vez, de poder decidir yo cuándo lo dejo. Y también por despedirme un poquito de todos esos fans y todas esas personas que siempre me han apoyado”.
Los grandes torneos, un acicate para su regreso
“Totalmente. Los médicos me recomendaron que hiciera ejercicio, que hiciera deporte, pero para mí no era lo mismo si no tenía un objetivo, porque tal y como estaba era muy fácil dejarse llevar y no salir de casa. Y el hecho de tener Roland Garros o de tener las Olimpiadas en mente como un objetivo, a mí me ha ayudado muchísimo, mucho más de lo que la gente se puede llegar a imaginar”.
El aplazamiento del año pasado
“La verdad es que me costó mucho asimilarlo. A mí los Juegos me hacen mucha ilusión. Para nosotros, los tenistas, son especiales porque jugamos muy poquito por nuestro país. Habiendo vivido la experiencia de otros tres Juegos Olímpicos, esperaba unos cuartos. Y cuando se pospusieron, yo no sabía nada sobre mi enfermedad todavía y pensaba retirarme en el 2020. Se me vino todo de golpe. Tardé días en asimilarlo y en superarlo”.
El significado de sus últimos Juegos
“Lo tenía en mente durante el tratamiento. Es algo que a mí me ayudó mucho. Posiblemente sean los más especiales, porque vengo de donde vengo y sé que van a ser los últimos Juegos al 100%”.
La amistad con Muguruza
“Sí, nos llevamos muy bien. Creo que hemos aprendido mucho mutuamente. No sólo quedamos para entrenar o para jugar, sino para pasarlo bien. Estoy agradecida de haber coincidido con una persona como ella, con una jugadora que ha podido llegar a ser número uno, que ha ganado Grand Slams. Pero además, es una chica muy divertida y la verdad que estoy agradecida de tener su amistad”.
“Al jugar tantos dobles juntas, la mentalidad de una y de otra se pega. Cuando a mí me faltaba algo, ella me daba ese empujón. Ella le pone un ritmo muy intenso en los entrenamientos, y, quieras o no, tienes que estar a la altura. En ese sentido sí que me ha ayudado mucho”.
Las otras experiencias en los Juegos
“Todas fueron muy diferentes. En 2008, al ser la primera vez, los viví con mucha intensidad. Te fijas en todo, intentas vivir todas las experiencias que puedes, vas a la ceremonia de apertura, vas a ver otros deportes, conoces otros deportistas… En Londres, mis padres y mi hermano pudieron venir a verme. Fue la primera vez que gané un partido. Bueno, fue diferente. Y en Río me centré mucho más en lo deportivo, sobre todo en dobles con Garbiñe”.