Paula Badosa hace un balance general de su carrera a día de hoy y asegura que sus problemas físicos le seguirán acompañando mientras siga jugando al tenis.
Badosa no se rinde y sueña en 2025
Paula Badosa está atravesando una etapa de contrastes en este inicio de 2025. Aunque empezó la temporada con un gran resultado en el Open de Australia, alcanzando las semifinales, lo cierto es que todavía no está recuperada de su lesión en la espalda. La española asegura que se trata de un problema con el que tendrá que convivir a lo largo de su carrera, pero quiere seguir disfrutando del deporte que le apasiona. Con su presencia en el top 10 WTA, Paula se muestra confiada en recuperar su mejor versión y porque no, soñar con levantar un título de Grand Slam algún día.
Su situación actual
«Estoy bien, intentando gestionar esto lo mejor posible. Obviamente podría estar mejor, me gustaría estar jugando. Con lo que me gusta competir, de la manera que empecé el año, por cómo vengo trabajando y cómo he mejorado mentalmente… es duro, ahora mismo ver un partido desde fuera y pensar que podría ser yo quien estuviera ahí es muy doloroso. De todos modos, hoy gestiono mejor esta sensación que años atrás, con la edad he ido aprendiendo» explicó en una entrevista con Eurosport.
Una lesión crónica
«Es una lesión crónica. Lo que pasa es que lo de esta vez es diferente, sigo teniendo controlado el dolor del lado derecho, pero ahora me viene de golpe y me toca el nervio. Es como una hernia que se ha movido, podría jugar con esto, el problema es que me está tocando el nervio. Con esto no puedo hacer mi vida normal«.
Punto de inflexión en Miami
«En Miami me vino el golpe fuerte, el latigazo. Desde entonces he estado casi cuatro semanas sin poder hacer nada, ni tenis ni vida normal. Los primeros días los pasé en Mónaco, me acuerdo que no podía ni ver la televisión porque no encontraba una posición para sentarme sin dolor. La primera infiltración no me hizo absolutamente nada, estaba desesperada, ahí sí que estaba mal de verdad. Con la segunda infiltración me dejó de hacer daño, me permitió hacer vida normal, entonces fue cuando empecé poco a poco a entrenar y hacer gimnasio».
Aprender a convivir con el dolor
«Todos los días me despierto con miedo. No te engaño, esta semana he tenido que mandarle mensajes a Pol Toledo a las 05:00 de la mañana porque no podía dormir, no puedo con la incógnita de si la espalda estará bien ese día o si podré hacer vida normal. Mentalmente es lo que más me está costando».
«En Miami recuerdo estar muy bien en el primer partido, llevaba una semana haciendo sets sin problema, pero a partir del sexto juego me vino un pinchazo y me volví loca. Soy una persona muy emocional, no sabía si el pinchazo era muy grave, si era de estrés o solo un mal gesto, en esos momentos estás perdida. Ahí pensé: o me retiro o intento seguir. Claro, que muchas veces no retirándote lo estás haciendo todavía peor. Hay veces que veo que no juego ni con la rival, es frustrante«.
Seguir con la ilusión del primer día
«No me queda otra, soy muy cabezona. Para que me retire tendrían que decírmelo los médicos… y estoy en contacto diario con ellos. Muchas veces se lo he dicho: hasta que no me operéis y ya no haya solución, seguiré con las infiltraciones, aún sabiendo lo mal que me sientan y lo nocivas que son para el cuerpo».
La retirada, ¿más cerca?
«Eso seguro, lo tengo asimilado. Tener un carácter tan fuerte me ha ayudado a aceptar esto con el paso del tiempo, sé que me voy a retirar joven y al día siguiente iré directa al quirófano. Esto lo sé por la carrera que llevo y por los problemas que tengo en la espalda. Sinceramente, me molesta bastante que me hablen de mis retiradas, la gente no sabe por lo que estoy pasando. No me importa que me digan otras cosas, sé a lo que me dedico y lo expuesta que estoy, pero justamente eso me toca las narices porque nadie sabe lo que estamos pasando tanto yo como mi equipo».
Gran impotencia por no salir a la pista
«Esto es un problema mío, cuando me siento recuperada quiero jugarlo todo. Ahí es donde entra la lucha con Pol de no mirar más allá del próximo torneo o no pensar en clasificarme para Riad, pero me cuesta. Muchas veces me hice esta pregunta: ¿quiero estar cinco años más jugando menos torneos, o arriesgar un poco y luchar por los grandes objetivos? Supongo que la respuesta está en buscar el equilibrio«.
El amor por este deporte
«Reconozco que todavía sigo soñando con un Grand Slam. Este año lo tuve cerca, así que ahora lo quiero más, voy a seguir empujando toda mi vida, aún sabiendo que ahora hay unas jugadoras que marcan la diferencia. Pese a estas lesiones he podido demostrar que, estando sana, soy una de las mejores del mundo. Eso me hace preguntarme: ¿por qué no puedo ser yo la siguiente si estoy en forma?».
El espíritu de lucha de Paula
«Sé lo difícil que es todo, pero es mi personalidad, la misma que me ha destrozado tantas veces, pero también la que me ha hecho estar donde estoy. Leyendo la entrevista que le hiciste a Pol, decía que lo que más le ha impresionado de mí es mi fortaleza, mi espíritu de lucha. Muchas veces se queda impactado de lo que soy capaz de hacer solamente por intentar alcanzar ese sueño. No me arrepiento de ser así, quiero retirarme sabiendo que lo di todo, aunque termine coja».
La importancia del entorno de la tenista
«Cien por cien, me has puesto la piel de gallina. Aparte de perseguir ese Grand Slam, uno de los motivos por lo que sigo es por toda la gente que me quiere y me sigue. Entrar a una pista y ver a tanta gente animándome, incluso cuando estaba #80 del mundo, es algo que empecé a valorarlo y apreciarlo mucho más. Para mí la persona más importante es mi hermana, también lo hago mucho por mi madre, tenemos una relación muy especial vinculada al tenis. Con Pol lo mismo, cada vez que me borro de un torneo siento que les fallo, aunque ellos insistan que están conmigo en el mismo barco. Puedo mover muchas masas, pero eso también significa tener mucha responsabilidad, por eso pienso que le debo mucho a mi familia, a mi equipo y a todos mis aficionados«.
Las comparaciones son odiosas
«Lo puedo llegar a entender, que la gente pierda la motivación una vez lo consigue, te puedes quedar vacío. No sé si podría pasarme como a Thiem, yo pienso que no, me gusta demasiado el tenis y eso creo que nunca va a cambiar. Puede que sintiera el vacío tras haberlo dado todo, pero me conozco bastante, seguramente sería la más feliz del mundo y me iría dos meses a Maldivas para celebrarlo, pero… el que me conoce sabe que al día siguiente ya estaría pensando en ganar el segundo. La gente con mi carácter nunca tenemos suficiente, es difícil cambiarnos».
Su fortaleza mental
«Creo que siempre he sido fuerte, el problema es que siendo débil fui muy destructiva conmigo misma. Era más joven, más emocional y no me conocía tanto como ahora. Me faltaban experiencias por vivir, experiencias para comparar y saber solucionar. Sigo pensando que siempre he sido una persona fuerte, si no… hubiera sido imposible empezar mi carrera a los 14 años totalmente sola. He tocado fondo varias veces, he conocido ese lado oscuro, pero gracias a eso me he convertido en la persona que soy ahora».
El éxito conseguido hasta ahora
«Sigo siendo la misma persona normal, humilde, muy sencilla. Igual suena raro, pero no me gusta llamar la atención, prefiero pasar por perfil bajo, de ahí que mi equipo lo formen todo personas muy cercanas a mí. Por ejemplo, con Pol he crecido, lo conocí cuando tenía 7 años y él tenía 10. Los dos somos de pueblo, nos encanta cobijarnos en ese lugar donde nadie nos moleste, huir de todos estos lujos».
«Antes no aceptaba nada, no tenía bien la cabeza, era una persona muy competitiva y me frustraba muy rápido. No luchaba los partidos, me metí en un círculo muy tóxico donde toda la gente de mi entorno me doraba mucho la píldora. Las personas me elevaron a una realidad que no existía, un error en el que tropecé por no entender ciertas cosas. Ahí fue cuando caí en la depresión y la ansiedad, veía que no estaba cumpliendo mis objetivos, pero era otra realidad. Ahora me avergüenzo de haber sido así».