El alemán se coronó en el Masters 1000 de Cincinnati tras superar al ruso Andrey Rublev en la final, por la vía rápida (6-2, 6-3). Zverev consigue su quinto título en esta categoría y también su trofeo No.17 en ATP.
Alexander Zverev venía a esta final con la incertidumbre de cómo llegaría desde lo físico, tras haberse llevado uno de los partidos del año en las semifinales ante Stefanos Tsitsipas. El alemán tuvo una semana espectacular, consiguiendo un nivel de tenis muy alto, que sin dudas ilusiona de cara al US Open, donde deberá defender la final que alcanzó en 2020.
Por su lado, Andrey Rublev también venía de dar el golpe en su partido previo, al eliminar a su compatriota Daniil Medvedev, algo que nunca había logrado. El ruso tuvo una semana con algunos altibajos en Cincinnati, aunque dejando en el camino a nombres como Marin Cilic, Gael Monfils y Benoit Paire.
Zverev arrasa en la final
El partido comenzó con un Zverev aplastante tanto al servicio como a la devolución, concretando dos quiebres de manera consecutiva para iniciar con una ventaja de 4-0. Si bien se esperaba que Rublev se nutriera del cansancio que iba a traer el alemán, la historia parecía comenzar de manera bastante diferente. El moscovita sufría cuando no podía meter el primer saque, y ante ello no podía recuperarse del golpe inicial del teutón. Con esa tendencia, Sascha se adueñó del primer parcial por 6-2.
La frustración del ruso iría en ascenso con un comienzo de segundo set que no cambiaba la tónica, tras un nuevo break de Zverev. El alemán estaba encontrando una velocidad de pelota difícil de responder para su rival, y por eso la ventaja se mantenía a su favor. Mayor el desnivel luego de otro quiebre para Alexander, que así se acercó a llevarse el partido. Pero el final tardaría un poco más, dado que Rublev encontraría un inesperado break en el 2-5. Finalmente, el de Hamburgo selló la victoria y el título en dos sets.