La actual directora del Open de los Estados Unidos hizo balance en el última día de competición de lo que ha supuesto este particular desafío de organizar un torneo de Grand Slam en plena pandemia y sin aficionados, decisión que se congratula de haber tomado pese a la tristeza que supone no contar con ellos en un evento de estas dimensiones.
El US Open 2020 llegó a su fin en el día de ayer con la épica victoria del austriaco Dominic Thiem en la gran final. Ahora, toca hacer balance de un torneo atípico, disputado en medio de una brutal pandemia que continúa azotando al mundo, sobre todo y para más inri en Nueva York, la ciudad más afectada por la COVID-19. Pero ni eso ha impedido la celebración de un evento que tampoco se llegó a parar durante las dos Guerras Mundiales.
No ha sido nada fácil y hace un par de meses parecía impensable que todo pudiese salir razonablemente bien. Pero así ha sido finalmente. Sólo un positivo durante todo el torneo, el del francés Benoit Paire, nos indica que si se hacen las cosas bien, el tenis también puede sobrevivir en un entorno seguro como el que ha planteado este US Open, sin aficionados y con los jugadores confinados en una burbuja para garantizar la mayor seguridad posible.
En declaraciones a la Agencia Efe y recogidas también por Mundo Deportivo, la actual directora del torneo, Stacey Allaster, quiso presumir del éxito de haber llevado este ambicioso plan a cabo. «Realmente creo que en estas cuatro semanas hemos podido demostrar al mundo que es posible que nuestro deporte vuelva a celebrarse de manera segura. Nos comprometimos a que este US Open fuese un torneo seguro. Hoy, día de la gran final masculina, cerramos un momento histórico para nuestro deporte aquí en la ciudad de Nueva York con un US Open seguro y muy sano», declaró Allaster que, además, también es la directora ejecutiva de la USTA, la Asociación de Tenis de Estados Unidos.
Un torneo sin público, una decisión acertada
Uno de los aspectos cruciales para que el torneo se haya llevado finalmente a cabo sin mayores problemas ha sido la no presencia de aficionados, ni en las gradas ni en todo el complejo del Bille Jean King National Tennis Center. Una dura decisión, sin duda, pero aplaudida por todos los jugadores e indispensable para garantizar la seguridad de todos los implicados en el torneo. «Respeto, apoyo y entiendo completamente esa decisión. Nunca dudé de que era la correcta. Hemos echado de menos a los fans, no ha sido lo mismo sin ellos, pero sin ninguna duda, fue la decisión más acertada que se podía tomar», reconoció.
Una decisión que contrasta con los planes que tiene en mente Roland Garros. El siguiente Grand Slam que se va a disputar en plena pandemia ya anunció la semana pasada que sí habrá público en el torneo, aunque con importantes restricciones (30% de aforo y sólo en las tres pistas principales). «Confío en la Federación Francesa, en sus directores y en el gobierno francés, que están gestionando el virus con sus datos médicos. Han considerado que, en su país, sí es seguro«, agregó Allaster.
«Les deseo el mayor de los éxitos y que tengan los mismos resultados que nosotros: un Roland Garros seguro, con un tenis inspirador y plagado de deportistas increíbles durante dos semanas», continúo Allaster que, pese a esas palabras de halago, también dejó un mensaje muy a tener en cuenta: que los franceses mantengan la concentración y no se relajen porque este virus es un enemigo invisible.
Contacto directo con todos estamentos del tenis mundial
Otro de los nombres clave que han hecho posible la celebración de este torneo ha sido Mike Dowse, consejero delegado de la USTA, que admitió como un factor esencial el contacto directo que mantuvo tanto con la ATP, como con la WTA y la ITF.
«Teníamos llamadas semanales con la WTA, la ATP y la ITF. Hemos estado en contacto también con el gobierno federal de EE.UU, así como con autoridades locales y estatales, e incluso con diplomáticos internacionales para meter y sacar a los jugadores del país. La clave residió en el contacto constante, también con nuestros socios y patrocinadores. Hemos compartido específicamente estas prácticas con Roland Garros, que comienza en dos semanas», afirmó Dowse que destacó la unidad que se ha establecido en el tenis a causa de la pandemia y que espera que todo esto sirva para aprender y seguir trabajando de manera conjunta en el futuro.