El Grand Slam francés ultima sus preparativos para la celebración de la edición de este 2020, marcada por el momento en el que se disputará, aplazada hasta este otoño debido a la pandemia del coronavirus, y su reparto más igualitario del dinero en premios. También habrá público, aunque sólo en sus tres pistas principales con un 30% de aforo.
A sólo tres semanas de su pistoletazo de salida, Roland Garros sigue ultimando todos los detalles de su edición más inverosímil que, como ya saben, en este 2020 se aplazó hasta el período del 27 de septiembre al 11 de octubre, es decir, en pleno otoño, debido a la pandemia por el coronavirus. A causa de esta maldita enfermedad, el ‘prize money’ de esta edición será sensiblemente inferior al del año pasado, pasando de los 42,6 millones de euros de 2019 a los 38 que se repartirán este año.
Mejor reparto de ingresos
Pese a la reducción global del dinero en premios destinado a los profesionales de la raqueta, este será más equitativo, lo cual permitirá un mayor reparto para los jugadores perdedores en primeras rondas o en la fase previa, que este año constará de 96 jugadores, al haber sido estos los más damnificados por la suspensión del circuito durante el confinamiento.
“Los ingresos para un jugador que entre en el cuadro principal serán un 30% más que los del año pasado, y un 27% más para los que disputen la fase previa”. Así se expresó Guy Forget, actual director del Grand Slam parisino, en declaraciones recogidas por el diario Marca. Como ya hemos comentado anteriormente, los jugadores que caigan en la fase previa también recibirán una compensación económica mayor que en años precedentes, un total de 10.000 euros.
Habrá público pero limitado
También se ha resuelto una de las cuestiones que más interés suscitaba: la presencia o no de público en las gradas. Pues bien, la buena noticia es que Roland Garros sí se disputará con público, pero sólo en sus tres pistas principales y con un aforo limitado al 30%. Así pues, la pista central Philippe Chatrier, con capacidad para 15.000 espectadores, sólo podrá recibir a 5.000 de ellos. Misma cantidad que la Suzanne Lenglen, mientras que la tercera en importancia, la Simonne Mathieu, se quedará en 1.500.
Las gradas se dividirán en tres zonas y ni qué decir tiene que la mascarilla será obligatoria en todo momento, incluso durante la disputa de los partidos. Solamente habrá espectadores en los partidos de los cuadros principales, no así en la fase previa.
Por último, en cuanto a la residencia de los tenistas el tiempo que dure el evento, estos se alojarán en alguno de los dos hoteles oficiales que la organización dispondrá a tales efectos. No habrá posibilidad, en principio, para que los jugadores alquilen casas cercanas a la sede del torneo, a diferencia de lo que sí se ha visto en la burbuja del US Open.