Hablar de Lara Arruabarrena es hablar de una jugadora con un amplio historial en el tenis español. Quizás no sea la más técnica, pero sí es una jugadora que siempre ha salido a darlo todo en cada partido, algo que es de admirar.
La tenista nacida en Tolosa es una jugadora con un tenis sólido y aguerrido, y que aunque no tenga muchos golpes ofensivos, siempre está ahí, pasando una bola más cuando hace falta. Su mejor juego se ha visto en superficies lentas, como la tierra batida, lugar de sus mejores éxitos como tenista, aunque también sabe lo que es hacerlo bien en pistas duras de velocidad lenta, algo que favorece a su estilo de juego algo más físico y rocoso.
Su palmarés
La jugadora vasca tiene en su haber dos títulos profesionales a nivel WTA. El primero de ellos, fue en 2012 en la arcilla de Bogotá, torneo en donde ha llegado a la final en 2017 y en 2018, además del ya mencionado título, uno de sus torneos favoritos. Además en Cali 2013 salió campeona, un torneo de categoría W125K.
El último título llegó en Seúl en 2016, al derrotar a Monica Niculescu en la final, en unas pista dura que la favorecía a su estilo de juego algo más defensivo. No solo eso, sino que en Seúl y en Bogotá ha sido capaz de reinar en dobles por partida doble en ambas ocasiones. Y es que hablamos de una jugadora que tiene una gran habilidad en la red, con siete títulos de dobles en su palmarés, demostrando que sabe lo que es hacerlo bien como doblista. Una lesión en la cadera la apartó del circuito en 2019, y desde entonces su nivel no ha vuelto a ser el de antes de la lesión, pero sus resultados ahí están.
Lara Arruabarrena, garra y entrega a partes iguales, una jugadora que siempre sale a competir, sea cuando sea.