El español consiguió en Queen´s uno de sus sueños tras levantar el título que le acreditó como campeón. Feliciano, es en la actualidad el tercer jugador con más victorias sobre esta superficie, sólo por detrás de Federer y Murray. Cuenta con dos finales en los dos torneos disputados sobre césped, pero entre ceja y ceja está el sueño de mejorar los cuartos de final en Wimbledon en los que se presentó en tres ediciones.
Feliciano López acaba de demostrar que nunca es tarde para cumplir los sueños, más aun en el deporte. Empezó a jugar al tenis con cinco años junto a su padre. Tras treinta años desde que cogió la raqueta, el 25 de junio de 2017 será una fecha que no se le olvidará jamás tras conquistar el título más importante de su carrera, en el ATP 500 de Queen´s. Las lágrimas del español tras el último punto mostraron el trabajo, esfuerzo y sacrificio que había significado ese trofeo. Feliciano lo agarró, lo abrazó con toda su fuerza, lo besó con cariño para inmortalizar aquel momento que quedará en la historia del tenis español.
Superfeli
El español ha evolucionado en esta gira de hierba hasta convertirse en un rival temido para todos sus contrincantes. Tras un año irregular, llegó a la gira de césped con la ilusión de volver a llegar a fases finales para tener la oportunidad de levantar títulos. En Stuttgart, sufrió en los primeros partidos, aunque acabó consiguiendo la victoria, lo que le aportó un plus de confianza en su juego. El toledano comenzó a jugar más suelto, con alegría y ganó a rivales de entidad como Tomas Berdych. En la final era el favorito ante el galo Pouille, más aún tras ganar la primera manga, pero el partido se complicó para acabar perdiendo la oportunidad de conquistar el primer título de la temporada.

En vez de resignarse y venirse abajo decidió continuar con los torneos que se disputaban la semana posterior. Puso rumbo a Londres, en la que se disputaba el torneo de Queen´s, uno de los más prestigiosos del calendario por su tradición. En el cuadro final estaban Murray, Wawrinka, Dimitrov, Berdych lo que nadie hacía presagiar una sorpresa tan mayúscula. En su debut dejó claras sus intenciones al ganar por la vía rápida ante Stan Wawrinka, reciente finalista de Roland Garros. Demostró que sabía jugar con la presión y su mejor versión salía en los finales apretados como paso ante Berdych y Dimitrov. En la final esperaba Marin Cilic verdugo del español las dos veces que se habían enfrentado en esas mismas pitas. El toledano salió con ganas de levantar uno de los títulos que había soñado desde sus inicios. El sueño parecía alejarse tras encajar el primer parcial en contra, pero resucitó en la muerte súbita del segundo set. En ese instante que cerró el puño mirando a su grada, el jugador se dio cuenta de que podía conseguirlo. Tras un tie break de infarto en el parcial definitivo, Feliciano lloró de alegría tras ver que por fin lograba de nuevo un título, el más especial desde que comenzó a ser profesional y todo a sus 35 años.
Feliciano quiere Wimbledon
Al contrario que los españoles, Feliciano prefiere jugar sobre césped antes que sobre tierra batida. Su juego se adapta mucho mejor a la superficie verde que a la de color marrón. Por este motivo el español siempre ha mostrado su especial cariño por Wimbledon. Es un torneo que se le ha dado bastante bien a lo largo de su carrera, consiguiendo llegar hasta en tres ocasiones a los cuartos de final, pero ahora quiere más, sabe que es su momento, ha llegado su madurez total en este deporte y quiere reafirmarlo superando la maldición de los cuartos de final.
Esto no parece una locura por el nivel de tenis que ha demostrado en las dos primeras semanas el toledano. La catedral del tenis está preparada para ver una nueva hazaña de Feliciano López sobre hierba. Sí no se encuentra con Federer pronto en el cuadro, el toledano podría ser el gran tapado del torneo debido al nivel de confianza que tiene en estos momentos. En quince días sabremos cual es la actuación del tenista de moda en estos momentos, pero acuérdense que Feliciano quiere hacer historia y Wimbledon es la cita perfecta.