Crónicas

Un ciclón llamado Garbiñe jugará la final contra Venus Williams

Muguruza saluda tras su paso a la final | Foto: www.wimbledon.com

La española bordó el tenis en las semifinales y endosó a Rybarikova uno de los resultados más amplios de los últimos años (6-1, 6-1). La eslovaca no jugó mal, pero en frente tuvo a una jugadora que estaba tocada por una varita, con bolas profundas, continuas subidas a la red y golpes ganadores que dieron una exhibición. En la final esperará la hermana mayor de las Williams que ganó a Konta. 

Brillante es la palabra que define el juego desplegado por Garbiñe en la primera semifinal de Wimbledon. Su rival y la española eran las dos tenistas que menos juegos habían perdido en el torneo. El rostro serio de la hispano venezolana desde el calentamiento hacía presagiar que la ya finalista en el 2015, estaba decidida a salir desde el primer momento al cien por cien. Rybarikova era una ídola en su país, tras ser la primera jugadora que llegaba a unas semifinales de un Grand Slam. Muchos esperaban un partido igualado, ya que la revelación de este torneo era una jugadora poco habitual en el torneo.

Después del calentamiento estaba a punto de comenzar un vendaval que fue llamado, Garbiñe Muguruza. La española a los pocos minutos había endosado un parcial de cuatro juegos a su rival que no paraba de negar dentro de la pista, tras verse arrollada por el juego de su contrincante. Al fil la eslovaca pudo ganar un servicio y el público empezó a animar a la jugadora para intentar levantar su ánimo, aunque seguidamente la pupilo de Conchita sacó para consolidar la primera manga y tener más cerca el sueño de volver a jugar una final en la catedral del tenis.

Rybarikova tras verse superada en las semifinales | Foto: www.wimbledon.com

Algunas veces tras ganar con comodidad el primer set las jugadoras salen más relajadas a la cancha, pero esta vez no iba a ocurrir. Los saltitos de Garbiñe hacían presagiar que la intensidad en su juego no había frenado y el festival estaba por continuar. Al igual que en la primera manga, de nuevo otro parcial de cuatro juegos dejaban el partido casi sentenciado. Rybarikova estaba jugando un buen tenis, metiendo bolas en la pista, fiel a su estilo pero su rival estaba jugando a la perfección, bordando el tenis. De todas formas la actitud de la eslovaca era digna de admirar ya que seguía peleando cada bola y otros jugadores en cambio hubieran desistido tras una exhibición similar.

Poco más duró el partido, ya que Garbiñe no cedió ni una sola opción de rotura para ser la primera finalista de esta edición. Nada que reprochar a su rival que lo intentó todo y fue fiel a su estilo, pero cuando una jugadora está tan inspirada pocas cosas se pueden hacer. Gran parte de este éxito es gracias a Conchita Martínez, la exjugadora ahora en la plantilla de la hispano venezolana ha sabido transmitirle algo que le faltaba a su pupila para llegar a las últimas citas de los Grand Slam.

Su rival en la final será Venus Williams, la hermana mayor de la saga a sus 37 años volverá a luchar por levantar otro título de Grand Slam. Este triunfo sería el broche perfecto para una carrera profesional digna de admirar, además de conseguir su sexto título en Wimbledon. Garbiñe puede ser la siguiente jugadora de origen española en ganar el título sobre el césped de Londres, tras hacerlo Conchita Martínez en el año 1994.

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