El tenista canadiense, decimosegundo favorito del cuadro, avanzó hacia las semifinales del Masters 1000 de Roma al doblegar al búlgaro Grigor Dimitrov, número 22 del mundo, por 6-2 3-6 y 6-2 en una hora y 51 minutos de juego. Shapovalov se las verá con el vencedor del Nadal-Schwartzman por un puesto en la final.
Denis Shapovalov continúa de dulce en este reinicio del circuito ATP tras la pandemia del coronavirus. El canadiense, actualmente afincado en el puesto 14 del mundo, disputará sus segundas semifinales de Masters 1000 sobre tierra batida tras vencer en los cuartos de final del torneo de Roma al búlgaro Grigor Dimitrov, decimoquinto cabeza de serie, por 6-2 3-6 y 6-2 en un choque algo irregular por parte de ambos, pero en el que Shapovalov fue algo más consistente que su rival.
Dos reveses a una mano frente a frente
Búlgaro y canadiense se habían enfrentado en dos ocasiones hasta la fecha en el circuito, ambas sobre pista dura y con victoria de Dimitrov (Canadá 2016 y Rotterdam 2020). Este, pues, iba a ser su primer duelo sobre arcilla. Shapovalov venía con confianza tras los cuartos de final alcanzados en el reciente US Open, mientras que su rival no había dejado buenas sensaciones en el reinicio de la competición tras el confinamiento, con sendas segundas rondas tanto en Cincinnati como en Nueva York.
Ahora bien, ha sido pisar la tierra batida de Roma y volver a ver la mejor versión de Grigor Dimitrov. El de Haskovo se plantaba en estos cuartos de final tras doblegar consecutivamente a Mager, Nishioka y Sinner, este último remontando un set. Shapovalov, por su parte, no ha tenido problemas en su adaptación al polvo de ladrillo firmando tres triunfos ante Guido Pella, el español Pedro Martínez y el francés Ugo Humbert. Dos reveses a una mano buscando un puesto en semifinales en el último turno del día en la Nicola Pietrangeli.
Shapovalov arrolla en el primero
El pupilo de Mikhail Youzhny pasó por encima de un errático Dimitrov en un primer set que duró poco más de media hora. Guiado, como casi siempre, por su excelente servicio de zurdo (11 de 12 de puntos ganados con primero) y con una actitud bastante más positiva que su rival, Shapovalov marcó distancias muy pronto y ya antes del primer descanso del encuentro mandaba por 2-1 y break en el marcador.
Dimitrov no encontró la manera de frenar el caudal ofensivo del canadiense en este primer parcial. El búlgaro, más enfocado en discusiones inertes con el juez de silla que en resolver sus propios problemas, volvió a ceder su saque, esta vez en el séptimo juego, para poner en bandeja el set a su rival, que aprovechó la ventaja de doble break para situar el contundente 6-2 a su favor.
Dimitrov pone las tablas
Visto lo visto, no era difícil para Dimitrov mejorar sus prestaciones en este segundo set. Sin un tenis vistoso (seis golpes ganadores por diez errores no forzados) pero sabiendo elegir bien el momento para atacar, el búlgaro fue ganando terreno a un Shapovalov que no logró mantener en esta segunda manga su increíble efectividad con el servicio.
Dimitrov se adelantó en el cuarto juego gracias a una doble falta del canadiense, pero éste recuperó la desventaja inmediatamente (3-2). Con 4-3 abajo, Shapovalov cayó en la trampa del revés cortado de Dimitrov, que forzó varios errores de su rival con ese golpe para lograr otra rotura, esta vez definitiva, para poner el 6-3 en el segundo set e igualar, de esta manera, el encuentro.
Shapovalov vuelve a tomar las riendas
El canadiense es un jugador muy diferente según esté por delante o por detrás en el marcador. Lógicamente, su estilo agresivo crece con confianza, esto es, yendo por delante o, por lo menos, con el marcador igualado. En el inicio del set definitivo, volvieron las dudas a la raqueta de Dimitrov, demasiado inconsistente con su servicio y que entregó un nuevo break con una doble falta en el segundo juego (2-0).
Con una nueva ventaja en el marcador, el tenis de Shapovalov volvió a fluir. Con su derecha al mando y un gran acierto en la red (14 de 17), el número 14 del mundo no dio opción a Dimitrov de reengancharse al partido, poniendo el finiquito al mismo con otro quiebre, estableciendo el 6-2 definitivo con el que accede a las semifinales de Roma tras una hora y 51 minutos de juego.
En su intento de lograr un billete hacia su primera final de Masters 1000 sobre polvo de ladrillo, Shapovalov se las verá, sí o sí, con un especialista en canchas lentas. O bien, el mejor de la historia en esta superficie, el español Rafael Nadal, o bien, el argentino Diego Schwartzman, un puesto por detrás de él en el ranking. Ambos se jugarán el último lugar en semis.