Es casi imposible pensar en los recorridos profesionales de las tenistas sin recordar el año bisagra, el gran salto que precedió al éxito o a la derrota. En este caso, el US Open 1999 fue el quiebre en la carrera de Serena Williams, el torneo que catapultó a una leyenda del deporte. En esta nota repasamos el recorrido hacia su primer título de Grand Slam.
El inicio de una temporada triunfal
El comienzo de la temporada ‘99 marcó el camino para lo que llegaría más tarde en la carrera de Serena Williams. El primero de los eventos que la vio campeonar dentro del circuito WTA fue el Open Gaz De France tras vencer en la definición a Amelie Mauresmo. Pocos días más tarde, la estadounidense repetía la mecánica de la victoria pero esta vez frente a la gran Steffi Graf en Indian Wells. Y por último, unos meses después, en lo que sería la previa de su campaña en el Abierto de Estados Unidos, la menor de las Williams se quedó con el WTA de Los Ángeles derrotando en la final a Julie Halard.
Los primeros pasos en Nueva York
Serena, séptima favorita en el cuadro femenino del US Open, llegó al National Tennis Center lista para medirse en primera instancia con su compatriota Kimberly Po-Messerli. Faena que concluyó con un resultado apabullante: 6-0; 6-1. En la siguiente fase aguardaba la croata Jelena Kostanic Tosic, a quien derrotó nuevamente en sets corridos (6-4; 6-2).
La situación empezó a complicarse para Williams a partir de la tercera ronda, dando vuelta una seguidilla de partidos: contra la naciente promesa Kim Clijsters y luego consiguiendo el pase a los primeros cuartos de final de Grand Slam de su carrera frente a Conchita Martínez.
El nacimiento de la leyenda
Por tercera ocasión consecutiva en el evento, la tenista de 17 años remontaba el marcador para llevarse el partido versus Monica Seles en su debut como una de las ocho mejores en un major. En las semifinales le esperaba un desafío frente a la figura local: Lindsay Davenport. La campeona defensora del US Open arribaba a la anteúltima instancia luego de atravesar sus encuentros de manera contundente. Sin embargo, la oriunda de Michigan puso toda su determinación en juego para adueñarse de la victoria que la llevó a su primera final en torneos de tal magnitud.
La rival lista para el cruce decisivo era nada más y nada menos que Martina Hingis, No. 1 del mundo y múltiple campeona de Grand Slam en aquel entonces. 6-3; 7-6[4] fue la clave del histórico triunfo de Serena Williams, ese que marcaría el nacimiento de una Era que encabezaría como protagonista indiscutida. 22 años después y con 23 títulos grandes a sus espaldas, la leyenda se agiganta.