El 1 de octubre de 1988 ocurría un suceso histórico que enaltecería de forma indeleble a una de las figuras más grandes del tenis: Steffi Graf conseguía la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Seúl y con ella, el Golden Slam. En el día de su cumpleaños, recordamos la temporada más mítica de su carrera.
Inicio de temporada en Australia
Luego de una campaña arrolladora, Graf aterrizaba -sin ceder parciales- en la final del Abierto de Australia para medirse con Chris Evert. En el camino había terminado con las ilusiones de Hana Mandlikova, múltiple campeona de Grand Slam, y de su compatriota Claudia Kohde-Kilsch en las semifinales. En la instancia decisiva, la alemana brindó una actuación que dejó atónita a la mismísima Evert. El primer título de Grand Slam del año se lo llevó Graf por 6-1 y 7-6[3].
París, su primer amor
Un año antes de la gran hazaña, Steffi había conquistado su Slam inaugural en tierras parisinas tras vencer a Martina Navratilova, Nro. 1 del mundo en aquel momento. Pero esta vez, Graf era la nueva líder del ranking femenino y llegaba de ganar el Australian Open con un juego inquebrantable.
Nadie impidió su avance apabullante hasta la última ronda del Abierto de Francia. La final tampoco sería la excepción. Allí la germana esperó por Natasha Zvereva, representante de la Unión Soviética, a quien venció con un doble 6-0 en solo 34 minutos de juego.
Fin al dominio de Navratilova
Martina Navratilova arribaba a la edición Nro. 102 de Wimbledon como la máxima candidata: se mantenía imbatible desde 1982, transcurso en el que ganó seis trofeos de manera consecutiva dentro de la Catedral del Tenis. Sin embargo, la joven de 19 años que había iniciado una campaña desconcertante a principios de 1988, terminaría con el dominio continuo de Navratilova en el césped británico. El camino de Graf no presentó mayores complicaciones hasta la final, en la cual luchó para dar vuelta el marcador desde un 7-5 abajo para finalmente adquirir su primera corona en el All England por 5-7; 6-2 y 6-1, destronando a quien, años más tarde, resultaría la jugadora con más trofeos en Wimbledon (9).
El Grand Slam
La participación de Steffi en el Abierto de los Estados Unidos llegaba de la mano de un nuevo hito en el tenis femenino que se equipararía a lo que había logrado Margaret Court en 1970: la Nro. 1 del mundo conquistaba el Grand Slam del año tras imponerse contra Gabriela Sabatini (6-3; 3-6; 6-1) en Flushing Meadows. Su próximo destino estaba a unos cuantos kilómetros: Los Juegos Olímpicos de Seúl comenzaban ese mismo septiembre.
El Slam de oro: una marca indeleble
Graf llegaba a Seúl cargando un año maratónico sobre sus espaldas. Consiguió los cuatro eventos grandes, venciendo en cada campaña a las mejores tenistas de la época pero quedaba algo más: el podio olímpico. Representando a la República Federal de Alemania, la tenista de 19 años comenzó su recorrido, una vez más, de forma dominante. El único parcial que perdió en el camino fue contra Larissa Savchenko en los cuartos de final.
En la instancia que consagraría a la campeona, Steffi se volvía a encontrar con Gabriela Sabatini, finalista del US Open aquella temporada. La batalla, aquel 1 de octubre, se definió en dos mangas: Graf venció a la argentina por 6-3; 6-3 para conquistar el oro olímpico, dando origen al Golden Slam y logrando lo que nadie más ha podido en la historia del tenis: obtener los cuatro torneos de Grand Slam y la medalla dorada en un mismo año.