El madrileño ha sufrido lesiones graves en su muñeca que le impidieron seguir escalando puestos cuando tenía su mejor ranking. Jaime Pulgar-García ha vuelto a competir esta temporada, consiguiendo dos títulos en dobles y un papel notable en el circuito Future. Tras una etapa con beca en Estados Unidos, volvió a España para residir en Madrid y entrenar bajo las órdenes de Luis Pérez Pérez. El jugador tiene claro que los valores que te enseña este deporte son gran parte de la vida del éxito de una persona.
¿A qué edad empezaste a jugar al tenis y porque esa devoción?
Empecé a jugar a los diez años y porque en el apartamento familiar de la playa tanto mi hermano gemelo como yo, bajamos a jugar y nos entreteníamos. Después de un verano le pedimos a nuestro padre que nos apuntase a clases.
¿Cuándo te diste cuenta de que realmente te quería dedicar al mundo del tenis?
Una cosa lleva a la siguiente. Además conseguí buenos resultados en categorías juveniles. Luego con el paso a absoluto me gustaba mucho competir y me di cuenta que el mejor camino era estudiar una carrera. Entonces estudié una carrera y luego ya me dedique profesionalmente al tenis. Anteriormente jugué torneos pero no «full time«, los doce meses del año.
¿Cuál es tu balance de este año?
Yo llegue a mi mejor ranking en abril de 2015, estaba 290 y cerca de jugar Grand Slams. Luego me paso la lesión y este año he tenido que empezar de cero siendo duro, recuperar puestos, puntos, jugar qualys y teniendo rivales duros desde las primeras rondas.
A la vez he acabado contento por poder competir después de estar un tiempo parado, pero mentalmente es muy duro, cuando has tenido buen ranking y has tenido la oportunidad de jugar grandes torneos. Cuando no eres un niño cuesta empezar de cero, porque la gente juega bien y nadie regala nada. Entonces o tienes mucho hambre y salen las cosas como tú quieres o se hace complicado. Cuando tienes una edad piensas que quizás sea el momento de hacer otra cosa.
Tuviste una beca en Estados Unidos para seguir formándote en el mundo del tenis. ¿Dónde estudiaste?
Estudié cuatro años en una universidad en Carolina del Norte, una carrera de empresariales. Entrenaba todos los días mañana y tarde y pertenecía al equipo de la universidad. Por este motivo me pagaron la carrera, aunque no jugaba Futures. En este tiempo disputé la competición entre las universidades, más conocida como NCAA.
¿Hay mucha diferencia entre el circuito Future y el nivel de la NCAA?
Si juegas de número uno o dos es el mismo nivel que Future, son partidos duros. También depende este nivel de la universidad. En cada una hay seis jugadores y se enfrenta el uno contra el uno y así respectivamente. Yo jugué tres de los cuatro años de número uno.
¿Aconsejarías a los jóvenes jugadores marchar a Estados Unidos si tienen la oportunidad de estar becados?
Yo se lo aconsejo al 99% de chavales que se dediquen al tenis hasta los 18 y si no están entre los 500 del mundo con 18 años que se vayan a probar aunque sean jugadores top. La mayoría de chicos no está preparado para jugar a nivel profesional a los 18 y los que sí lo están por probar un año no pierdes nada, como le ocurrió a James Blake.
¿Al acabar la universidad que decisión tomaste? ¿Cómo fue el cambio de vida?
Cuando termine la universidad vine a Madrid a mi casa con mi entrenador. La verdad que cuando te dedicas al tenis profesional, lo haces porque realmente te gusta y tienes mucha ilusión porque no tienes la necesidad de hacerlo y puedes dedicarte a una profesión. La experiencia del circuito es muy bonita, conoces a gente de todo el mundo conoces otras culturas.
¿Cuáles crees que son los valores más importantes que te ha inculcado el tenis?
Valores como la responsabilidad,la constancia,y la resiliencia,el levantarse una y otra vez después de una derrota los he adquirido gracias al tenis y son básicos para tener éxito en cualquier ámbito en la vida.
¿Qué te ha aportado o enseñado el tenis?
El tenis ha formado mi carácter y me ha convertido en quien soy hoy como persona a través de los valores que te he comentado anteriormente. Si tuviese que destacar una enseñanza en particular seria dar la mejor versión de uno mismo cada día. Muchos días no se esta al 100% físicamente,mentalmente o tenísticamente y hay que luchar con lo que haya.
¿Crees que es necesario que los deportistas o en este caso tenistas tengan una formación complementaria?
Creo que es muchísimo mejor si estas formado pero eso depende de cada uno, porque hay gente que tiene muy claro seguir dedicándose a su deporte una vez que finaliza su carrera. Tener una formación te permite tener un plan B, si no te gusta demasiado como para ser entrenador pues puedes dedicarte a otra cosa.
Comenzaste el año en Febrero en el ITF de Cornellá, tras casi un año sin competir. ¿A qué se debe este parón? ¿Cómo fue el retorno a la competición?
Fue por una lesión que empezó en abril de 2015, coincidiendo con mi mejor ranking ATP, 290. Empecé a tener molestias en la muñeca y tenía que defender muchos puntos, por eso me infiltré un par de veces la cosa y la cosa fue a peor. Un médico me recomendó operarme y la primera operación llegó en 2015.
Tenía pocos torneos, que los disputaba en grupos de dos o tres y me tocaba que parar porque no podía jugar continuamente. Intenté volver en febrero en 2016 después de una rehabilitación que creo que no fue buena y la mano me aguantó cuatro o cinco torneos. Me rompí el ligamento de la muñeca y tuve que volverme a operarme en agosto de 2016. Después de un año y medio sin jugar se hace complicado volver a competir.
Las primeras semanas las pasas por Portugal, ¿qué sensaciones encontraste al tener que volver a disputar las fase previas?
Obviamente estaba muy desentrenado, tras mucho tiempo sin competir y las sensaciones eran bastantes malas. A veces estaba contento de entrar a la pista y competir.
Con el paso de las semanas, ibas encontrando el ritmo de competición. Sumaste tres cuartos de final y unas semifinales en las que caíste frente a Frederico Gil. ¿Cómo fue ese partido?
En esa época estaba jugando muy bien, encontraba que había recuperado las sensaciones y el ritmo de juego. Ese partido Gil lo jugó muy bien. Como toda esa semana hacía mucho viento y él estaba muy acostumbrado. Al final ganó el torneo bastante fácil. Le había ganado hace un mes y por eso me dio un poco de rabia.
En dobles has sumado dos títulos teniendo diferentes compañeros. ¿Tienes preferencia por jugar con alguno de ellos?
Intento jugar con alguien que me lleve bien y que haya buen rollo para hacerlo lo mejor posible. Mis objetivos no pasaban por el dobles, por eso no he intentado buscar una pareja fija ni nada de eso.
Has acabado el año jugando en Sudáfrica. ¿Por qué decidiste viajar a esta gira disputado en el país africano?
Mi hermano había estado hace dos años y me dijo que estaba bien. Me apetecía conocer Sudáfrica, ya que no tengo la oportunidad de verlo todos los días.
En Sudáfrica competiste en la modalidad de dobles con tu hermano. ¿Se nota que sois hermanos a la hora de jugar?
Sí, la verdad que sí. Tienes más confianza con tu hermano que con cualquier otro compañero. A veces es positivo y otros negativo, hay que llevarlo adecuadamente, ya puedes hacer o decir cosas que a un compañero normal no le dirías. También que estando tu hermano a tu lado tienes más ganas de ganar y de hacerlo bien.
Como defines tu juego
Soy un jugador sólido del fondo de la pista. Mi mejor arma es el resto, jugando cerca de la línea. Mi punto a mejorar es el saque y cerrar puntos en la red.
El mejor y peor recuerdo en el mundo del tenis
Mi peor recuerdo es la lesión de muñeca y el mejor el año 2014 que gane mi primer torneo pasando varias qualys de Challenger. Además hice seis o siete finales y semifinales de Future, por eso guardo con mucho cariño todo lo que me pasó ese año.
¿Quién forma tu equipo técnico?
Mi entrenador es Luis Pérez Pérez. Mi preparador físico es José Manuel Ballesteros que trabajan conmigo y mi hermano respectivamente.
A diferencia de la mayoría de españoles, tu superficie preferida es la pista dura. ¿Por qué? ¿Qué ocurre con la tierra batida?
Lo primero que al criarte en Madrid normalmente jugaba en pista rápida más que en tierra y eso va formando parte de tu juego. Una razón definitiva fue irme a estudiar a Estados Unidos, ya que estuve cuatro años jugando en pista dura. Cuando estoy en Madrid intento entrenar en tierra batida porque te hace mejor jugador y te hace desarrollar más las habilidades.