Alex De Miñaur jugó un partido brillante en semifinales de Rotterdam y sueña con el título. El australiano derrotó por 6-1, 6-2 al italiano Mattia Bellucci para instalarse en la final del torneo neerlandés. Aguarda por Alcaraz o Hurkacz.
De Miñaur deslumbra en el ATP Rotterdam
El ATP 500 de Rotterdam se preparaba para una electrizante semifinal entre Alex de Miñaur (8°) y Mattia Bellucci (92°), dos jugadores con caminos muy distintos en el torneo. El australiano, tercer preclasificado, llegaba con la confianza de haber alcanzado la final en la edición anterior y con un desempeño impecable en la presente, sin ceder sets en su trayecto. Especialista en pistas cubiertas, buscaba una nueva oportunidad de luchar por el título. Enfrente, Bellucci emergía como la gran revelación del certamen: desde la qualy, había sorprendido a todos eliminando a Medvedev y Tsitsipas. En su primer duelo oficial, De Miñaur partía como favorito, pero el italiano ya había demostrado que estaba listo para desafiar cualquier pronóstico.
El australiano destaca sus cualidades
Los primeros compases del encuentro mostraron a un Alex De Miñaur firme en lo propio, neutralizando en la línea de base para después ejecutar su juego con golpes fino, lo que le permitió quebrar en el segundo game. Luego, el australiano presentó un sólido turno de servicio, jugando con mucha comodidad y controlando sus tiros para validar la ruptura. Bellucci, por su lado, buscaba opciones para superar a su adversario, pero el oceánico tenía respuesta para cualquier situación, destacando su versatilidad en la pista. Posteriormente, De Miñaur fabricó una notable defensa, suprimiendo cada impacto del italiano para después atacar la red y cosechar otro quiebre que le sirvió para cerra el set con su servicio, ganándolo 6-1.
De Miñaur brilla en la cancha y vuela a la final
La segunda manga arrancó mucho más equilibrada, donde se pudo apreciar una pequeña mejora en el tenis del italiano, quien trataba de ser más agresivo en la ofensiva. De todos modos, De Miñaur seguía lúcido en lo suyo, no dejaba espacios en defensa y forzó el error de su rival para cosechar un quiebre en el tercer game. Con autoridad y convencimiento, el australiano manejó los ataques con inteligencia, confirmando la ventaja en los números. Impulsado por su audacia, De Miñaur sacó a relucir tiros de alta calidad, consiguiendo aperturas para capitalizar otro quiebre. El australiano ratificó su brillante desempeño, mostró solvencia en los puntos importantes y se adjudicó el pase a la final con un cómodo 6-1, 6-2.