Alexander Zverev se despidió del ATP 250 de Múnich con Cristopher O’Connell obteniendo el pase a los cuartos de final con un 7-6(2), 6-4 en poco menos de dos horas.
El mejor jugador alemán del momento, Alexander Zverev debutaba en el torneo del ATP 250 de Múnich. Un torneo que le trae muy buenos recuerdos donde ya ha sabido coronarse como campeón. Cristopher O’Connell era ese primer oponente con el australiano habiendo superado su partido de primera ronda contra el francés Ugo Humbert en un choque muy igualado.
O’Connell se apodera de los momentos clave
Pese al frío que hacía en Múnich, la pista central se llenó para poder presenciar a su compatriota. Con esas dudas que se generan en el debut fue aclimatándose al escenario. Iba a ser el propio Sacha el que fuera a por el break, pero el no aprovechar dos bolas de break, dio pie a que el australiano fuera quien se adelantara. Esa rocambolesca cuestión no iba a quedar en entredicho y Zverev firmó el que sería el primer quiebre para él confirmando el contrabreak.
A partir de entonces, los turnos al saque del teutón fueron solventados con comodidad. O’Connell por su parte, se veía con dificultades pero con la capacidad de poder sacarlos adelante. Con sensaciones diversas pero dignas ambas para llegar a un tie-break que celebraría al ganador del primer parcial. El australiano se adelantó valiéndose de algunos errores de Alexander y con una diferencia ejemplar finalizó ganando con 7-2.
Las dudas de Zverev fueron en aumento después de haber sucumbido ese primer set. El australiano, antes le iba a ofrecer una oportunidad pero después de que O’Connell lo sacara, la moral de Alexander fue decayendo. Break para Cristopher y oportunidad de marcharse con dos saques de diferencia a servir por el partido. El tercer cabeza de serie del cuadro, sacó garra para situar el 4-4. Sin embargo cuando nuevamente parecía que todo se podía poner de cara para él, llegó un 30-40 que lo puso todo patas arriba.
El australiano, se situó con servicio para finalizar y obtener el pase. O’Connell sirvió y dejó a Zverev en la cuneta en el ATP 250 de Múnich mediante un juego en blanco.