En el año 2002 David Nalbandian sorprendió a todo el mundo tras alcanzar la final de Wimbledon en su primera participación siendo además el primer hombre sudamericano en conseguirlo. En colaboración con su entrenador en aquella época, Gabriel Markus, repasamos el gran torneo del Rey David.
David Nalbandian y su final en Wimbledon
Buen paso por Wimbledon Junior
Antes de poder disputar el torneo de profesionales David Nalbandian tuvo destacadas actuaciones en el All England en la categoría Junior. Tras ser campeón mundial en Japón a los 14 años y vencer a Roger Federer en la final del US Open el argentino tuvo su mejor año junior en 1999.
Aquel año alcanzó las semifinales de Roland Garros (cayendo ante Guillermo Coria) y luego tuvo un torneo de Wimbledon solo eclipsado por el gran torneo del 2002. David junto a Coria viajaron a esa gira europea junto a Gustavo Luza y llegaron a Londres una semana antes para poder jugar por primera vez en césped.
En el primer entrenamiento en Roehampton David se sintió como un pez en el agua. «Pero qué lindo es esto» le dijo al entrenador Luza mientras El Mago tiraba la raqueta al piso de la frustración.
Semanas más tarde David Nalbandian se convirtió en el primer junior argentino en hacer semifinales en Wimbledon pero en una historia increíble fue descalificado por ir a enviar un e-mail. Aquel año el cordobés junto a Guillermo Coria consiguieron un histórico título en dobles superando en la final a Todor Enev y Jarkko Nieminen.
Wimbledon 2002
David logró adaptarse muy bien al circuito y llegó a su primer torneo de Wimbledon en adultos siendo el 28° cabeza de serie y con un título bajo el brazo (Estoril 2002) a sus cortos 20 años. La primera experiencia estaba enfocada a seguir sumando experiencia más que buscar grandes resultados. «No esperábamos tener un gran torneo ya que era su primera vez en profesionales. Sabemos que Juniors y Profesionales no tienen nada que ver. Nos preparamos entrenando en césped en Buenos Aires y llegamos una semana antes a Inglaterra para adaptarnos mejor. Los primeros días de entrenamiento tampoco fueron fáciles así que la idea era ir partido a partido» comenta Gabriel Markus.
El sorteo fue amable con el argentino. En aquella época las diferencias entre superficies estaban bien marcadas y por ende un español como David Sánchez, especialista en polvo de ladrillo, representaba una buena primera ronda para seguir avanzando. Sufriendo un poco sobre el final Nalbandian consiguió vencer en cuatro sets y certificar su pase a la segunda ronda del torneo.
Allí el rival sería Paul-Henri Mathieu (tan solo once días más joven que el argentino). El galo accedía con una invitación pero venía de hacer octavos en Roland Garros. Tuvieron bastantes enfrentamientos en juveniles pero como adelantaba Markus en profesionales es otra cosa. David, con mejor rodaje profesional, superó en sets corridos al francés y clasificó a la tercera rueda del Grand Slam londinense.
Aquel día la gran noticia sin duda fue la derrota de Pete Sampras (7 veces campeón del torneo) a manos del suizo George Bastl, lucky loser, en el quinto set. De esta manera Nalbandian veía cómo su cuadro se abría increíblemente y se mediría con Bastl buscando el pase a octavos.
«La noticia de la derrota de Sampras fue definitivamente una buena noticia. Enfrentar a Pete en tercera de Wimbledon en la Cancha Central era casi sinónimo de volverse a casa, había ganado siete veces allí y era muy difícil de vencer. No es lo mismo jugar con Sampras que contra Bastl, quien por más que le había ganado a Pete era una tercera ronda accesible« afirma Markus con mucha razón ya que su pupilo derrotó al suizo Bastl de manera sencilla (6-2, 6-2, 6-2) alcanzando la segunda semana.
Segunda semana
En el choque de octavos David enfrentó al australiano Wayne Arthurs, quien venía de hacer final en Nottingham la semana anterior y venía a paso firme en el torneo. Nalbandian superó el duro escollo en cuatro sets y convirtiéndose en el primer hombre argentino en alcanzar los cuartos de final de Wimbledon tras Guillermo Vilas en 1976.
En cuartos de final llegó el turno de otra revelación como el ecuatoriano Nicolás Lapentti, un duelo que Gabriel Markus calificó como «partido abierto pero muy duro. Lapentti ya había sido top10 y era un jugador sumamente experimentado en estas rondas. Había que ir al partido sabiendo que iba a ser una lucha larga y de hecho lo fue, fueron cinco sets de peloteos muy largos pero por suerte lo pudo sacar adelante». Aquel partido el argentino superó a Lapentti en cinco sets (6-4, 6-4, 4-6, 4-6, 6-4).
Disputando unas semifinales históricas Nalbandian debió enfrentar a Xavier Malisse (quien venía de superar al ex campeón Richard Krajicek). El duelo se llevó a cabo en una cancha exterior debido a la saturación de partidos en la cancha central producto de lluvias en los días previos. Tras vencer David en los dos primeros sets el belga tuvo un problema físico. Abandonó la cancha durante 20 minutos. Cuando volvió el cordobés pensó que lo hacía para retirarse pero no fue así y el partido cambió totalmente.
«Ese partido fue una película bastante estresante, empezamos impecable ganando los dos primeros sets y se produjo algo bastante antinatural. La asistencia médica se llevó a Malisse al vestuario y estuvieron veinte minutos ahí. Nosotros mientras esperamos en la cancha y la sensación era que se iba a retirar que hubiera sido lo lógico. Un jugador que pierde dos sets a cero y tiene un problema físico por el cual está veinte minutos en el vestuario uno espera que si vuelve a la cancha sea para dar la mano y retirarse. Eso pensamos nosotros, en parte por la ilusión de ya estar en la final« recuerda Markus.
Xavier Malisse no solo no se retiró sino que empezó a dominar el partido. «Nosotros ya nos habíamos ilusionado con la posibilidad de acceder a la final, que Malisse haya seguido jugando fue una sorpresa para todos. Esa sorpresa se sintió en el resultado, David ya se veía en la final y ver que su rival estaba para jugar fue un shock. Esa situación le jugó en contra, Malisse ganó fácil los dos siguientes sets (6-1, 6-2) y lo suspendieron por falta de luz natural» nos dice el coach argentino que en ese torneo también entrenaba a Luis Horna, Franco Squillari, Sebastián Prieto y Martín García.
«Esa noche fue muy dura porque los nervios eran muy grandes y tenía un nudo en el estómago. Costó comer y costó dormir. Imagínate tener la semifinal de Wimbledon casi ganada y estar dos sets iguales teniendo que jugar el quinto set al día siguiente. No había margen de error, un mal turno de servicio y te quedabas sin final. La mañana también tuvo muchos nervios, en vez de calentar media hora entrenamos una hora para que David pueda distenderse un poco. En la reanudación jugó muy bien y venció con facilidad a Malisse. Eso fue muy bueno por parte de David» concluye Markus sobre el particular partido de semis.
La final
Más allá del increíble logro de convertirse en el segundo argentino en lograr final en mayores (Sabatini la alcanzó en 1991) aún había que pensar en el último partido. Enfrente estaría el número 1 del mundo Lleyton Hewitt y David estaba en desventaja porque no había pisado jamás la Cancha Central de Wimbledon anteriormente.
«Fue algo increíble pero así fue, no había jugado nunca en la Central. Eso lo determina la organización y consideraron que sus partidos previos no eran merecedores de jugarse en ese estadio. Ante eso tuve muchas reuniones de último momento para conseguir una excepción y que nos permitan entrenar el domingo en la Central. En Wimbledon son muy estrictos con las tradiciones y eso fue único en la historia, ni siquiera Federer o Sampras tuvieron esa posibilidad. Yo les hice entender que la situación era sumamente atípica. Conseguí el permiso tras hablar con el director del torneo, el umpire y el supervisor de la ATP» cuenta Markus
De todos modos esa no fue la única tradición que no se cumplió aquel día. «Además de permitirnos entrenar en la Central el día de la final no continué con la estricta tradición de entrenar con vestimenta blanca. Durante el entrenamiento de 40 minutos con David yo utilicé una remera de color rojo. No fue para llevarles la contra. Esa era la remera que tenía en ese momento y me dejaron jugar« recuerda Gaby Markus sobre la curiosa anécdota.
Aun así en la final Nalbandian no pudo desplegar su mejor juego y se vio claramente superado por el líder del ranking mundial. «La realidad es que la situación lo superó a David, jugó contra el mejor competidor del momento como era Lleyton Hewitt. Él se sentía muy cómodo en la superficie, en esa cancha y en esa instancia final, en la cual David no había jugado nunca. David no pudo jugar su mejor nivel y Hewitt fue simplemente mejor, debió jugar más suelto y agresivo pero no lo pudo hacer. Era algo totalmente lógico que Hewitt ganara ese partido» recuerda el único argentino que logró vencer a Pete Sampras.
Gabriel Markus considera que «aquella final quedará en la historia del tenis argentino por ser el primer sudamericano en jugar una final de Grand Slam en césped«.