Tras clasificarse para sus segundas semifinales de Grand Slam en Roland Garros, el tenista griego reconoce su ambición por querer levantar su primer título grande, al tiempo que reveló ciertos aspectos de su niñez relacionados con su pasión por este torneo.
Mañana viernes, Stefanos Tsitsipas disputará sus segundas semifinales de Grand Slam. El griego, que será mínimo top5 el próximo lunes, derrotó al ruso Andrey Rublev en los cuartos de final de Roland Garros y se medirá al número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic, por un puesto en la gran final. Lejos de conformarse, el de Atenas quiere dar un paso más, como mínimo, y disputar su primera final en un torneo de estas características.
En declaraciones recogidas por la web oficial de la ATP, Tsitsipas muestra su ambición sosteniendo que no cree que al Big3 (Federer, Nadal y Djokovic) le queden muchos años en la cima, poniendo el ejemplo del triunfo de Dominic Thiem en el pasado US Open. El griego admite que el austríaco es una inspiración para él y que puede aprender mucho de lo que este último logró en Nueva York.
A por su primera final de un grande
«Estoy persiguiendo algo espectacular. Espero aprender de lo que hice en mi última semifinal de Grand Slam (Open de Australia 2019 frente a Nadal). Estoy muy feliz de estar jugando lo suficientemente bien, de estar siendo parte de algo muy especial».
¿Fin al dominio del Big3?
«En algún momento ocurrirá. No creo que el Big3 vaya a estar ahí por mucho tiempo, no siento que esto vaya a ser igual dentro de cinco o seis años. Dominic (Thiem) me ha inspirado mucho. Lo que ha logrado ha sido increíble, siento que puedo aprender mucho de él».
Pasión por Roland Garros desde niño
La pasión que sentía de niño Stefanos por el tenis era tal que incluso llegaba a faltar varias veces a clase para no perderse ningún partido de Roland Garros. Una década después, ese niño se ha convertido en uno de los mejores tenistas del mundo, teniendo la oportunidad de cumplir su sueño de convertirse en uno de esos jugadores a los que el animaba sin parar frente al televisor de su casa.
«Creo que era el único de mi país que no iba a clases para ver tenis. Recuerdo el partido de Santoro frente a Clement en 2004 que duró más de seis horas. Mi actual fisioterapeuta, Jerome Bianchi, hizo parte de ese encuentro. Es increíble lo que pequeño que es el mundo. Obviamente, mis favoritos siempre eran Federer y Nadal. Miraba todos sus partidos cuando jugaban aquí. Era justo antes del verano, faltaba poco para que se terminaran las clases, así que era un gran momento para mí».