El argentino ha endosado un rosco a una de las revelaciones de la temporada. Schwartzman ha brillado con luz propia en su partido de semifinales en el torneo belga y solo ha cedido cuatro juegos (6-4, 6-0). `El Peque´ está muy cómodo en este torneo y se jugará el título frente a Sinner.
Muchas expectación había en la segunda semifinal del ATP Amberes. Tras llegar a la lucha por el título Sinner, llegaba el turno de Schwartzman y Brooksby. El argentino venía dejando grandes sensaciones en el torneo en el que es el líder en casi todos los registros. En esta edición había ganado a Murray y Nakashima sin ceder ni una sola manga. En el otro lado estaba la joven promesa del tenis estadounidense, Jenson Brooksby que había llegado a semifinales desde la fase previa sin perder ni un set.
Schwartzman y una exhibición de tenis
Ya en el primer juego ambos dejaron claras las intenciones de que iba a ser un auténtico partidazo. Brooksby salvó dos bolas de break para ponerse 1-0 por delante en el marcador. No pudo hacer lo mismo en el tercer juego y Schwartzman rápidamente tomó las riendas en el marcador y se marchaba hasta el 3-1. El público estaba muy emocionado con el nivel de tenis que estaba viendo durante los primeros juegos. El estadounidense reaccionó y tras tres juegos consecutivos pudo ponerse por delante con el 4-3. La presión podía llegar al `Peque´ pero el argentino lo afrontó muy bien y tras poner el 4-4 se encontró con un 0-40 que aprovechó para dejarse el saque en sus manos y tener la posibilidad de cerrar la primera manga. Sin mayores problemas se llevaba la primera manga y estaba más cerca de acceder a la final en Amberes.
La segunda manga no tuvo color y es que el argentino empezó con ese tenis rocoso y sólido desde el fondo de la pista desesperando a su rival. Brooksby se golpeaba continuamente la zapatilla y es que no estaba contento con su tenis. El argentino quebró en el primer juego para ponerse por delante. Luego salvó dos bolas de break para confirmar la rotura. Poco a poco se iba haciendo dueño y señor del partido ante un rival que cada vez parecía con menos paciencia. El marcador de repente estaba 5-0 y Schwartzman sacaba para endosar un rosco al jugador revelación de la semana. Con el 40-15 llegó la bola de partido y a la primera certificaba su pase a la final tras otra gran exhibición.