Crónicas WTA

Sabalenka se alza en Australia con un título de muchos quilates

rybakina sabalenka open australia
Sabalenka es la campeona. Foto: @ausopen

Aryna Sabalenka obtuvo su primer título de Grand Slam en el Open de Australia al poder derrotar a Elena Rybakina mediante un 4-6, 6-3, 6-4 en dos horas y 25 minutos.

Cuadro del torneo

Resultados del torneo

Llegaba la cita que iba a coronar a la primera campeona de Grand Slam de la temporada 2023. 28 de enero, a partir de las 19:30 en Melbourne se citaban Elena Rybakina que disputaba su segunda final de Grand Slam al coronarse el pasado año en Wimbledon contra Aryna Sabalenka que se estrenaba en una final de estas características. Era la cuarta vez que se enfrentaban en un duelo oficial con la bielorrusa llegando con el balance de 100% de efectividad aunque siendo siempre partidos que habían llegado a los tres parciales.

El primero para Rybakina

Rybakina se aprovechó de esa tensión inicial de Sabalenka para obtener el quiebre. La bielorrusa entró con un manojo de nervios y muy acelerada. Todo marchaba muy rápido y propulsó a la kazaja en poder ser la primera que cosechaba las diferencias. Sin embargo, en el octavo juego, con algo más de firmeza, en el instante que se sacaban bolas nuevas, sacó sus armas y la kazaja dudó por primera vez en el episodio. Por ello, el 4-4 estaba vigente en el electrónico en apenas 25 minutos.

Aun así, esa diferencia poco pudo durar con Aryna contribuyendo en la causa al cometer dos dobles faltas y algún error. Dejó en bandeja el juego a una Elena que se situó con 5-4 y servicio disponiendo de la delicadeza oportuna de encontrar un servicio idílico que le otorgó un juego en blanco para colocarse con un 6-4.

Sabalenka más peligrosa

En los dos primeros juegos al servicio, Aryna encontró dificultades mostrando esa irregularidad de golpes ganadores con no forzados. Elena estaba al acecho de marcharse hacia el triunfo. Sin embargo, la bielorrusa pudo adecuar mejor sus ideas y ofreciendo en la balanza una tesitura más organizada dentro de su juego fue ella la que se colocó por delante. El confirmar los turnos al saque no fue tarea sencilla, pero pudo marcharse hasta el 1-4 dando la sensación de que era ella la que manejaba los hilos en la Rod Laver Arena. Más winners, más agresiva y sin perder la línea de fondo.

Rybakina continuó sufriendo pero confirmando que no iba a dejar que la renta tuviera mayor distancia. Obligó a la bielorrusa a ser ella la que servía por cerrar. Con el 5-3 en su poder, tuvo una buena concentración y el servicio le dio una renta trascendente pese a que la kazaja propusiera lucha. Finalmente, con un ace logró sellar con su firma el desenlace de este segundo parcial.

El nivel de las dos protagonistas en el tercero con el servicio estaba siendo impecable. La primera en resquebrajar ese pacto no hablado fue Sabalenka pronunciándose con una bola de break. Rybakina, por su parte, lo solventó con un enorme servicio. El juego continuó con las dos mostrando sus armas, pero la kazaja fue la que sentenció a su favor cabalgando hacia el cambio de lado con un 2-3.

En el próximo turno al resto llegó la recompensa para la bielorrusa que estaba jugando como los ángeles. Ese tenis tan agresivo que dispone se elevó haciendo sucumbir a la kazaja. Pudo salvar dos bolas de break con buen servicios, pero a la tercera teniendo que valerse del segundo saque, no evitó que la cabeza de serie número cinco se colocara con un quiebre.

El desenlace para Sabalenka

Los momentos de mayor tensión llegaron a la cita con Sabalenka teniendo que servir por el encuentro. Fue un juego donde las emociones estaban a flor de piel para ambas contendientes. A Elena también le pesaba el brazo y contribuyó con algún error no forzado. No había táctica, no había nada que no fuera la psicología y por fin la bielorrusa demostró lo gran jugadora que es. Unió ese enorme tenis agresivo con el saber definir y a la quinta bola de partido se llevó el título. Se tiró al suelo entre lágrimas y después se enfundaron en un enorme abrazo. Sabalenka alzó en el Open de Australia su primer cetro de Grand Slam al sentenciar a Rybakina.