Holger Rune jugará por segunda vez una final en el circuito ATP y en esta ocasión lo hará en Múnich al ganar a Christopher O’Connell por 6-3, 6-2 en hora y 20 minutos.
Llegaba el día de las semifinales al torneo alemán de Múnich con su principal cabeza de serie Holger Rune. Se enfrentaba a Christopher O’Connell que había dejado fuera de combate al mejor jugador teutón del momento como es Alexander Zverev. Era la primera vez que se iban a verse las caras en competición oficial sin tener ningún precedente. El danés llegaba de hacer final la pasada semana en Montecarlo, y tanto contra Hanfmann y Garín mostró mucha seguridad y control.
Rune sabe manejarlo
El partido comenzó con dominio para el primer preclasificado del cuadro alemán. Todavía el australiano no se llegó a encontrar dentro de ese ritmo provocado por Holger. Estuvo cerca de recibir dos quiebres de inicio, pero poco a poco su juego fue incrementando. No dejó que Rune tuviera todo el control y tras salvar esa situación con el servicio, le forzó a tener que tener más alerta ya que el primer set no iba a ser un camino de rosas. El danés también se vio forzado con su turno al servicio teniendo que salvar cuatro bolas de break en dos juegos diferentes. Tuvo paciencia y efectividad para saber gestionar esos momentos que podían ser muy trascendentes. Por tanto, ese break inicial fue muy importante y con el 6-3 cerró el set.
Holger abrió diferencias también rápidamente en el segundo. Fue otro golpe para el australiano que a la mínima que bajaba sus reflejos se encontraba con una noticia no muy agradable. Continuó intentándolo, pero el danés tenía esa tenacidad para sacar un golpe imponente cuando la situación se complicaba. En el séptimo juego, Christopher se desconectó otro instante y el oponente vio con sus facultades la relación de poder ir a por ello y tener que encontrar el 5-2 para servir por el choque.
El número 83 del mundo lo intentó hasta el desenlace. Primero un 15-40 y después dos bolas de break más. No obstante, era imposible que el australiano consiguiera una rotura de servicio. Rune, con más trabajo de lo que el marcador puede reseñar se clasificó a la final del ATP 250 de Múnich al poder con O’Connell.