Son muchos los practicantes de este deporte que dudan entre si subir a la red para acortar el punto o aguantar desde el fondo de pista. El saque volea es uno de los recursos que se dibuja en el panorama del peloteo. Llega la segunda entrega de Reencuentros con la disciplina tenística.
Jugar al tenis se ha convertido para muchos en una suerte de acto social. Lo que algunos usan para andar o relajarse, los amantes de este deporte se citan cada día en instalaciones a lo largo de todo el país para practicar, y de paso, pasar un buen rato con tu compañero. Al tratarse de un deporte muy psicológico, numerosos pensamientos desfilan por nuestra cabeza. Uno de los más frecuentes es subir a la red.
No seré yo quién descubra esto pero es importante recalcarlo. Buscamos imitar de cierta manera el juego de nuestros ídolos, por lo que tratamos de ejecutar golpes complicados y estrategias más propias de un tenista profesional. En el caso de este redactor, el gusto por Pete Sampras es más que palpable. Debido a criterios de edad, no tuve el placer de disfrutarlo en directo pero diversos vídeos de Youtube han influenciado mi juego. Aventurarse a la red se convierte en casi una obligación para mí. En escenarios de pista rápida especialmente el campeón de 14 Grand Slams se movía como pez en el agua.
Así comencé un día a abandonar mi zona de confort y a enfrentar a escenarios casi nunca antes vistos. Mi primer rival me dejaba hacer y nada más sacar subía para acortar el punto mediante el uso de mi volea o smash. En caso de quedarse muy atrás tendía a anestesiar la bola a través del uso de la dejada. Mis horas dedicadas al pádel se erigían también en un buen argumento para tal propósito. Sin embargo, estas armas perdían su letalidad y eficacia ante rivales más rocosos y correosos. El globo, la banana shot y los passings de revés se convertían en mis particulares bestias negras.
Llegados a este situación, el dilema se hacía cada vez más claro. ¿Asumía más riesgos subiendo a la red o me me quedaba más retrasado durante más fases del partido con un estilo más conservador? El debate interior no se hizo esperar y triunfó la primera. El perfil encontrado se caracterizaba por un jugador pegador pero con buena mano cerca de la malla tal como Jack Sock. Potenciar tus fortalezas y paliar tus carencias. Al fin y al cabo, de eso se trata. Si no que se lo digan a Ivo Karlovic. Veinte años de carrera y los reveses plano y liftado brillan por su ausencia.