El balear se ha llevado el partido que pasará a la historia del tenis (6-4, 4-6, 6-3). Nadal demostró su experiencia ante un Alcaraz que aguantó a Rafa y que ha confirmado que puede ganar a cualquiera a pesar de sus 18 años. Brillante nivel de ambos que tuvieron que luchar contra el rival y un vendaval de viento.
Partidos histórico para el tenis español y el tenis mundial el que esperaba en la segunda semifinal de Indian Wells. Nadal que llegaba en su mejor inicio como profesional, con tres títulos e invicto en este 2022 estaba a un paso de alcanzar una nueva final de Masters 1000. Para ello tenía que superar a la gran promesa del tenis español que ya es una realidad, Carlos Alcaraz. El joven murciano que tiene solamente 18 años estaba brillando en 2022. En Indian Wells nadie había sido capaz de robarle un set y había arrasado contra todos sus rivales. En el cara a cara se habían enfrentado en una ocasión, en Madrid 2021 y Rafa había ganado cómodamente, pero ahora este era otro Alcaraz distinto.
Rafa golpea primero
Alcaraz comenzó con mucha personalidad, demostrando que a pesar de tener solo 18 años no tenía ningún miedo. El pupilo de Ferrero rápidamente se escapaba en el marcador hasta el 2-0, sorprendiendo a un Rafa que se le veía algo parado de piernas. Poco tardó en reaccionar Rafa que sin conseguir grandes puntos ganadores fue metiendo en su juego a un Carlos que cometía demasiados errores no forzados. Nadal sumó cuatro juegos consecutivos para dar la vuelta al casillero y poner el 4-2 a su favor.
Había muchas alternativas al resto, pero Rafa al contrario de lo que nos tiene acostumbrados fallaba en las bolas de break Alcaraz lograba poner el 4-4 y llegaban empatados a los juegos decisivos. Rafa se llevó el noveno juego y restaba para llevarse el set. El 0-40 le dejaba con tres bolas de set a un Alcaraz que nuevamente salvó las tres bolas de rotura y ponía el iguales (40-40). Volvieron a llegar dos ocasiones más y fue a la quinta cuando Alcaraz fallaba un revés cortado y Nadal se llevaba un primer set el que demostró toda su experiencia, ante un Alcaraz que jugó a un nivel sobresaliente y demostró todo su repertorio de golpes.
Alcaraz da una masterclass de jugar con viento
Nadal comenzó llevando la iniciativa en la segunda manga. A los pocos minutos de comenzar llegaba un vendaval de viento. El partido se ponía complicado para ambos y tenían que parar cada poco tiempo por las fuertes rachas. Todo parecía indicar que esto favorecía a Rafa ya que Alcaraz y su estilo de tenis no combinan muy bien con el viento. En cambio el pupilo de Ferrero demostró que a pesar de tener 18 años también sabe adaptarse a la situación. Comenzó a meter más bolas centradas, correr menos riesgo y así sorprendía a un Rafa que ponía malas caras.
Hubo hasta cinco breaks consecutivos de los que salió ganando Alcaraz, que tras un importante quiebre en un juego que duró casi 20 minutos se ponía con 5-4 a las puertas de la segunda manga. Llegaron las bolas de set para el murciano. A la tercera cerraba el puño tras igualar el partido y forzar la tercera manga. El viento fue el culpable de la poca lucidez de la mayoría de puntos en la segunda manga.
Nadal saca a relucir su experiencia
El inicio del tercer set fue brutal. Nuevamente subió el nivel del partido con largos e intensos intercambios. Alcaraz intentaba dominar y Nadal se agarraba a su experiencia. El balear fue capaz de salvar situaciones límite y llegó a tener tres bolas de break en contra en el quinto juego. Salvó todas ellas y fue por delante en el marcador hasta el 4-3, siendo muy valiente con numerosas subidas a la red. Entonces llegó el fisioterapeuta y es que Rafa tenía alguna molestia en la espalda, algo normal después de ver la intensidad de ambos jugando durante casi tres horas. Con el 4-3 Nadal estaba a solo de juegos de alcanzar la final pero todavía quedaba lo más difícil, cerrar el partido.
El murciano notó la presión y tras dos errores Nadal se quedaba cerca del break. Rafa no dejó pasar el 30-40 y tras volver a subir a la red con una volea cerraba un juego que le dejaba con el servicio para cerrar el duelo. Con su saque y un 40-0 le daban a Rafa tres puntos de partido. A la primera el revés de Alcaraz se iba largo y Nadal volvía a una final de Masters 1000.