En declaraciones al diario L’Equipe, el tenista galo afirmó que su principal objetivo es llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024, pero también reconoce que, en el caso de tener otra lesión grave, sería el momento de colgar la raqueta de manera definitiva.
Siete meses después de su último encuentro ATP (octavos de final de Montreal ante Jack Draper), Gael Monfils regresó a las pistas el pasado miércoles en el torneo de Indian Wells, primer Masters 1.000 de la temporada. Lógicamente y como cabía esperar, el francés acusó claramente su falta de ritmo, cayendo por la vía rápida ante el australiano Jordan Thompson.
Sin embargo, eso ahora es lo de menos. Tras superar una grave lesión de tobillo y con 36 para 37 años a sus espaldas, Monfils es consciente de que la batería se va agotando y de que no le queda mucho tiempo en el circuito. El actual número 210 del mundo (caerá hasta el 274 una vez que se descuenten los 180 puntos que defendía de la pasada edición de Indian Wells) concedió unas breves declaraciones al diario L’Equipe, recogidas también por Espn Deportes, donde afirma que su principal objetivo sería representar a su país en los Juegos Olímpicos de 2024, que tendrán lugar en París, su ciudad natal.
Gael Monfils es claro
Asimismo, el galo no tuvo reparos en reconocer que un contratiempo físico más truncaría ese sueño y precipitaría su adiós definitivo a la competición. «El objetivo es ir a los Juegos Olímpicos del año que viene, pero tengo miedo de algo: si me vuelvo a lesionar, se acabó. Ahí se cierra el telón. Sé que estoy en una etapa nueva, el hecho de ser padre lo cambia todo. Me hizo pasar mucho más tiempo en casa, tener una vida normal… y la verdad es que la experiencia me gustó«, sostuvo.
Por el momento, el ex número seis del mundo se beneficiará de su condición de ranking protegido para ser de la partida en los próximos eventos ATP, sin necesidad de invitación, siendo el siguiente de ellos el Masters 1.000 de Miami, donde su mejor resultado data de 2016, cuando alcanzó los cuartos de final, ronda en la que el japonés Kei Nishikori fue su verdugo.
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