El suizo se despidió de una manera muy dolorosa en el torneo británico, con un rosco. Federer no pudo ante un sobresaliente Hurkacz que se mostró muy tranquilo y concentrado durante todo el encuentro (6-3, 7-6(4), 6-0). En las semifinales se medirá ante Berrettini o Aliassime.
Roger Federer había comenzado con dudas en Wimbledon, pero con el paso de los partidos sus sensaciones habían mejorado. El suizo había derrotado a Mannarino, Gasquet, Norrie y Sonego para plantarse en cuartos de final. Roger quería seguir agrandando su leyenda sobre césped y sobre la Catedral del Tenis. En frente tenía a un rival que venía brillando en Londres Hurkacz. El polaco había derrotado a Musetti, Giron, Bublik y dio la gran sorpresa remontando ante Medvedev. En el cara a cara se habían medido en una pasión en 2019 en Indian Wells y el triunfo fue para el suizo en sets corridos.
Hurkacz `on fire´
Desde el inicio Federer sufrió y es que el juego rocoso, sólido y muy plano de Hurkacz le puso en problemas. Ya en el segundo turno de servicio el helvético tuvo que salvar tres bolas de break para poder poner el 2-2. Hubert daba sensación de ser el que dominaba el encuentro y se jugaba a su tenis. En el sexto juego sí consiguió el break y desde ese momento en que encarriló la primera manga, no cedió ni una sola opción a su rival de rotura para acabar ganando el primer set por 6-3.
Roger pudo reaccionar y es que a pesar de sufrir comenzó con 3-0 en la segunda manga. Hurkacz decidió seguir peleando y seguir con la misma estrategia que en el primer set. Federer parecía tener el control del parcial con el 4-1, pero en el siguiente turno de servicio cedió el saque y Hurkacz recuperaba la desventaja poniendo las tablas con el 4-4. Finalmente con el duelo muy parejo en este set se fueron al tie break. Fue una muerte súbita de altos vuelos y el polaco al final se acabó llevando un set que hubiera cambiado el devenir del encuentro.
Rosco de Hurkacz
Saltan las alarmas en el `Rey´ suizo y es que no encontraba su tenis ni la forma de hacerle daño a un rival que eran un muro. Federer cometía errores no forzados y se la veía cabizbajo sobre la pista. El público animaba a su ídolo, pero no había forma. El marcador reflejaba un 4-0 que dejaba a solo dos juegos de dar la gran sorpresa a un Hurkacz que después de ganar el siguiente juego tenía opciones de lograr ante Federer un rosco. Llegaron dos bolas de partido con el 15-40 ante un Federer que tenía prisa y a la primera la derecha se fue y el polaco conseguía la victoria por la vía rápida. El helvético se llevó una gran ovación de todo el estadio antes de comenzar el sexto juego, ya que será una de las últimas veces que veremos a Roger en la hierba de Wimbledon.