Allá por 2018, Elina Svitolina se coronaba en las WTA Finals, demostrando que podía competir por grandes torneos, y había hecho un año muy bueno. Pero lo peor estaba por llegar.
En 2018, Elina Svitolina acabó la temporada como la empezó, como un tiro. El 2019 debía ser el año de su explosión, el del asalto a los Grand Slams. Pero nada de eso sucedió. Un 2019, en el que no ganó ningún torneo, y sólo el WTA Finals maquilló una temporada muy negativa en cuanto a sensaciones, ya que aunque llegó a las Finales, en Grand Slam rindió a un nivel peor de lo esperado. Su irregularidad fue constante, y en este 2020 ha seguido esa misma dinámica. Su juego eléctrico, y de gran solidez se ha evaporado. Cierto es que mantiene esa solidez de años anteriores, pero esa chispa ofensiva brilla por su ausencia.
Un pésimo inicio de año
El 2020 no ha podido empezar peor para ella, siendo arrollada en Brisbane por Collins y en Melbourne por Muguruza. Se la ve muy lejos de su mejor forma, sin proponer nada de tenis ofensivo, y eso en estas condiciones es mortal. Las rivales que han tenido un tenis ofensivo, la han pasado por encima (Collins, Muguruza….). Su saque no la está dando resultados, y está siendo masacrada por las rivales de perfil ofensivo, y en el aspecto tenístico no anda mucho mejor. Se la nota esa falta de chispa ofensiva, que en el tenis actual es mortal, y más en un momento como el actual.
Su físico no la ayuda en exceso, y es que hace tiempo se percató en ella una extrema delgadez que la hacía ser más ágil, y aunque ese es uno de sus puntos fuertes, la ausencia de golpes ofensivos es un hándicap muy grande a la hora de competir con las mejores. Tiene un tenis muy físico, pero la falta ese golpe definitivo que impera en el tenis femenino actual.
Y sobre todo, su baja confianza en sus golpes ahora mismo. Su tenis necesita de solidez, de confianza, y además, su primer servicio ayuda mucho. Este año, su servicio no está siendo lo efectivo que querría, y las rivales la están exprimiendo al máximo. Cierto es que son condiciones algo rápidas para su tenis, pero ya ha conseguido éxitos en estas superficies.
En busca de soluciones
La solución pasaría por un tenis más ofensivo, el cual podría realizar, pero esa falta de chispa la penaliza y mucho. Por condiciones podría realizarlo, pero debería entender el cambio de juego de defensa a ataque, y ella siempre se ha caracterizado por su tenis sólido desde el fondo.
Veremos cómo sigue la temporada, pero pintan bastos de no mejorar la cosa. Y esa presión en los Grand Slams no es buena, y nunca ha rendido bien ahí. Quizás una buena actuación en un futuro, sin presión de ganarlo, podría devolverla a los más alto, pero su juego ahora mismo carece de confianza, y sin esa confianza, es muy difícil que su tenis fluya.
Veremos cómo acaba este año, pero mucho tiene que cambiar en cuanto a resultados, si no quiere empezar a verse en un bajón mental y de resultados importante. El tiempo lo dirá.
