Pablo Cuevas es un icono del deporte uruguayo. El de Concordia charló con la página oficial de la ATP. Pablo relató lo complicados que han sido algunos momentos en su carrera estando cerca de la retirada. En cambio se mostró antes de finalizar con más fuerza que nunca para volver a competir.
El coronavirus ha permitido a los tenistas pasar más tiempo que nunca en sus casa y con sus respectivas familias. En tiempos tan complicados los jugadores están parados pero disfrutan de sus seres más queridos algo que no podían hacer por el calendario tan largo que tienen durante el año. Pablo explicó que ha llegado a pensar en la retirada e incluso a no tener motivación por disputar algunos torneos. En cambio este tiempo con sus hijas y su mujer le han valido para afrontar estos años que le quedan en el circuito con más fuerza que nunca y mirar con gran esperanza al futuro más próximo.
Una buena oportunidad
Pablo comenzó explicando que a veces no se sentía con fuerzas para acudir al siguiente torneo y por eso está aprovechando este tiempo para disfrutar con su familia. “Llevaba muchos años seguidos viajando, con la sensación repetitiva de que me habría gustado más quedarme en casa que irme al siguiente torneo. Así que estoy aprovechando mucho esta oportunidad. Realmente lo necesitaba“.
Una vida en familia de plena felicidad
El uruguayo añadió que está vida tan normal de disfrutar cosas tan simples con sus seres más queridos le está valiendo un montón a nivel personal. “Ahora con esta situación estoy disfrutando de cosas muy simples, como ver el documental de los Chicago Bulls con mi esposa, hacer los deberes con mis hijas o ponerme a armar un rompecabezas con ellas. De repente son cosas que un padre hace normalmente y que no le divierten tanto. Tal vez como lo tiene todos los días no lo valora, pero yo no he tenido nunca esto. Y por eso estoy valorándolo tanto”
La necesidad del tenis en su vida
También tuvo tiempo para recordar cómo fueron sus inicios en el tenis aunque no sabía con certeza si iba a lograr vivir de este deporte en el futuro. “Yo paré de jugar un diciembre. Y estuve feliz porque eran vacaciones, todo era joda y diversión. Cuando retomo el colegio de nuevo, y veo que la joda había terminado, me doy cuenta de que realmente lo mío era el tenis. Solo resisto un poco más en el liceo, y después de seis meses en total sin competencia, vuelvo a jugar de nuevo, a pesar de la incertidumbre de si iba a poder vivir del tenis“.
Cerca de retirada
Las lesiones son muy complicadas para un deportista. Cuevas lo vivió en primera persona y tuvo que pasar dos veces por el quirófano tras esa lesión de Roma en 2011. “Se me venía a la mente la pregunta: ‘Si no juego más al tenis, ¿qué voy a hacer con mi vida?’. No creía que fuera a encontrar algún sentido haciendo otra cosa. Pensaba: ‘Si abro un negocio de lo que sea, independientemente de si me va bien, no puedo comparar la adrenalina de la competencia con, por ejemplo, armar un restaurante e ir mesa por mesa preguntando: ¿Se sienten cómodos? ¿Les gustó la comida?’. No me veía en nada más que no fuera el tenis. Y eso me asustaba muchísimo” añadió.
Esta lesión le hizo cambiar su perspectiva de enfrentarse a ellas desde ese momento. “Después de superar eso, cualquier tiempo sin jugar por otra lesión me parecía nada en comparación con esos dos años sin saber si iba a poder volver a jugar” explicó.
El momento crítico
En 2018 el de Concordia no estaba dispuesto a seguir jugando como relata en esta anécdota en la que estuvo a punto de no viajar a un torneo. “Los resultados no me estaban acompañando, pero era difícil de que me acompañen con esas pocas ganas de salir a jugar. Recuerdo que ese año había un torneo en Perú. Estaba en casa y viajaba un jueves. Cuando llego al aeropuerto, en un impulso, le digo a la persona del mostrador que me cambie el pasaje para viajar el domingo, y me devuelvo para mi casa. ¡Nunca había hecho eso! Viajar un domingo para competir lunes o martes. Eso habla de lo poco que estaba disfrutando la competencia” relató sobre uno de los episodios más complicados de su carrera.
La vuelta al circuito
Pablo se sinceró al acabar añadiendo que le costará separarse de sus hijas después de todo este tiempo pero que también le ha servido para coger fuerzas y afrontar de la mejor manera los últimos años de su carrera. “A mis hijas ahora les está sorprendiendo, sobre todo a la más grande, que llevamos este periodo tan largo sin separarnos. Será duro para ellas cuando se reanude el circuito. Y para mí seguramente también. Por otro lado, después de haber estado aquí tanto tiempo con ellas, voy a volver a la competencia con otra energía para encarar estos últimos años que me quedan de carrera” finalizó.