La jugadora estadounidense Danielle Collins accedió a su primera final de Grand Slam al poder derrotar a Iga Swiatek en el Open de Australia por 6-4, 6-1 en hora y 19 minutos en la Rod Laver Arena.
Tras el show de la No.1 del mundo, llegaba la hora para conocer quién se enfrentaba a ella en la lucha por la corona. Delante se topaban, la campeona de Roland Garros de 2020, y una tenista que su mejor andadura en un Grand Slam eran las semifinales. Curiosamente sobre este escenario. Era la segunda vez que se enfrentaban aunque el anterior precedente que data de Adelaida del pasado año, Collins no pudo finalizar el partido cuando Iga ganaba por 6-2, 3-0.
La estadounidense comenzó como una auténtica moto. Se interceptaba a los servicios de Iga teniendo muy bien estudiada sus movimientos. Esa visión de juego le estaba dando la oportunidad de sacar a relucir sus golpes agresivos y que el duelo marchara sin ritmo. Una situación que a ella le convenía mucho. En apenas poco más de 20 minutos, se encontraba con 0-4 y 30-30. Aun así, iba a ir llegando poco a poco la reacción de la polaca que se vio totalmente sorprendida por el inicio de su oponente.
Pudo llevar el partido a un lugar donde los intercambios podían ser de mayor magnitud y pudo hacer pensar a Danielle. Con el saque no estaba siendo tan sencilla sus oportunidades y el duelo se estaba emparejando. Collins, sin embargo, pese a tener momentos de duda, con algún error de dirección en sus golpes, mostró sangre fría y supo definir ese primer parcial. Fue en 48 minutos, sacando con 5-4 y con Iga muy cerquita en el marcador.
La concentración de Collins continuó siendo digna. Continuó con la misma dinámica que a lo largo del primer parcial. Salió a por todas desde el principio y Swiatek nuevamente tuvo que sufrir las acometidas de su oponente. Dos quiebres fueron los que cosechó la estadounidense además de estar sirviendo a las mil maravillas. Lo mantuvo y Collins finalizó ganando a Swiatek en el Open de Australia. Enorme versión la dada por la jugadora estadounidense. Gran juego en sus golpes pero cabe destacar su enorme mentalidad.