La tenista española, actual número 87 del mundo, doblegó por 6-4 y 6-3 a la letona Jelena Ostapenko para acceder por primera vez en su carrera a los octavos de final de un Grand Slam, en este caso, de Roland Garros. Su próxima rival será la alemana Laura Siegemund, que derrotó a la cabeza de serie número 13, la croata Petra Martic.
El sueño de Paula Badosa en Roland Garros está lejos de terminar. La tenista española desarrolló un brillante ejercicio de paciencia, madurez y, por supuesto, talento para desactivar la pegada de la letona Jelena Ostapenko, número 47 del mundo y campeona en este mismo escenario en 2017, a la que venció por un solvente 6-4 y 6-3 en una hora y 22 minutos de juego para colarse en los octavos de final del Grand Slam francés. Esto supondrá la primera participación de la pupila de Javier Martí en una segunda semana de un torneo grande.
Licencia para soñar frente a una campeona de Grand Slam
Badosa y Ostapenko cerraban la jornada de tercera ronda en la pista Simonne Mathieu. En su primer choque frente a frente como profesionales, la española y la letona dirimían un puesto en la segunda semana de Roland Garros. Ambas venían con gran confianza y habiendo dejado fuera a nombres ilustres como Sloane Stephens, en el caso de Badosa, y Karolina Pliskova, en el caso de Ostapenko.
En su primera comparecencia en un cuadro final de Roland Garros, la tenista española ya ha cumplido con creces alcanzando por vez primera una tercera ronda de Grand Slam, pero no se quiere quedar ahí, teniendo altas posibilidades de seguir soñando si consigue mantener la línea de juego mostrada hasta ahora. Enfrente, una campeona de este mismo escenario hace solamente tres años, una Jelena Ostapenko que parece reverdecer viejos laureles gracias a su tenis ultra ofensivo. Si está inspirada, la letona es capaz de ganar a cualquiera. Dos amantes del tenis ofensivo en un encuentro de pronóstico incierto.
Más constante la española en el inicio
Como se esperaba, Ostapenko salió en tromba con sus habituales bombas desde el fondo de pista. La letona es una de las jugadoras más incómodas del circuito por su tendencia a no dar ningún tipo de ritmo a sus rivales. Sin embargo, la táctica no le salió tan bien en este primer set debido a la gran constancia mostrada por Badosa. La tenista de la ‘Armada‘ aguantó el arreón inicial de su rival y volteó un resultado adverso de 2-0 para pasar a dominar por 4-2.
Las estadísticas mostraban a las claras que era la letona la que dictaba el juego del partido (15 golpes ganadores por 21 errores no forzados, Badosa, siete y seis, respectivamente). Sin embargo, lo que esos números también mostraban era una mayor solidez en el juego por parte de la española, que tuvo más calma y sangre fría que su oponente para cerrar el primer parcial por 6-4 tras 43 minutos de juego.
Badosa impone su regularidad
No todo en el tenis consiste en pegar lo más fuerte posible a la bola. Obviamente, si eso te sale en un día o un torneo determinado, esa semana será difícil que pierdas partido alguno. Pero el problema es que mantener eso en el tiempo es imposible. De ahí que Jelena Ostapenko lleve perdida en el circuito desde que ganó aquí en 2017. El segundo set fue un calco del primero, sólo que con todavía más superioridad y control por parte de Badosa, una tenista agresiva, sí, pero con control y sabiendo perfectamente en qué momento atacar y en qué momento esperar.
La española tomó el control con cuatro juegos consecutivos para ponerse con una ventaja ya suficiente de 4-1 y doble break. Los constantes raquetazos de Ostapenko solamente lograron reducir la distancia momentáneamente al 4-3, pero ya decimos que con ese plan de juego y yendo por debajo en el marcador, es prácticamente imposible aspirar a la victoria. Y así fue. Un nuevo break y un nuevo error de la letona, el número 43 del partido, le dieron definitivamente el triunfo a una emocionada Paula Badosa, que no pudo reprimir las lágrimas al sentarse en la silla tras el triunfo.
Y no es para menos. Mucho ha tenido que pasar la española, depresión incluida, para llegar a este momento. Una victoria que vale una presencia en unos octavos de final de un Grand Slam y licencia para soñar con mucho más, puesto que su siguiente rival será la alemana Laura Siegemund, buena jugadora sobre polvo de ladrillo pero que no deja de ser la número 66 del mundo. Frente a ella buscará Badosa seguir explorando sus límites en París.