Wawrinka no se retira y seguirá esforzándose por llegar con garantías al próximo Open de Australia, el primer grande de la temporada tenística. Así lo ha revelado esta mañana el jugador suizo, en una rueda de prensa en Ginebra para explicar su situación.
Había muchas expectativas puestas en la comparecencia pública de Wawrinka. Se especulaba que podía dejar la raqueta y retirarse de la vida profesional. Pero nada más lejos de la realidad. El de Lausana asegura estar trabajando al máximo para dejar atrás las molestias de rodilla, que ha sido operada en dos ocasiones.
El tenista afirma haber pasado » los cinco meses más duros de su carrera «. Este verano ha tenido que pasar un par de veces por el quirófano para intentar solventar un problema que arrastraba desde 2016. “La primera fue una artroscopia, de limpieza. La segunda fue una operación importante, la reconstrucción del cartílago de la rodilla. Ocho meses con muletas, y perdí toda la musculatura”. Este mal momento para el suizo no solo se ha debido a la lesión. También ha influido el hecho de que su hasta ahora entrenador, Magnus Norman, haya terminado su andadura como técnico del jugador. «Fue un shock», en palabras de Wawrinka.
El de Lausana pasa página
Ahora dice estar mucho mejor, y que su principal objetivo es poder estar en Melbourne, para la disputa en enero del Abierto de Australia. Lleva desde julio sin jugar un solo partido, cuando cayó en Wimbledon ante Medvedev. Esa travesía en el desierto comenzará a terminar el lunes que viene, cuando Wawrinka vuelva a entrenar en una pista de tenis.
Ya tiene en mente qué torneos pretende disputar si todo va bien: Australia, Rotterdam, Marsella, Indian Wells, Miami y Montecarlo. Antes del primer Grand Slam, está la duda de si jugará o no el torneo de exhibición de Abu Dhabi. “Dependerá de cómo vaya la evolución, pero no estaría mal poder jugar unos cuantos partidos con tiempo suficiente antes de que llegue Australia”, afirma.