Dominic Thiem derrotó 3-6, 6-4 y 6-4 al italiano Giulio Zeppieri en la ronda final de la clasificación del ATP 250 de Brisbane. Rafa Nadal será su rival en el cuadro principal, en lo que será un auténtico partidazo.
Thiem se lleva una batalla
Después de una compleja temporada, que significó volver a empezar desde cero, Dominic Thiem está listo para regresar a la élite. En base a una buena preparación, ajustó ciertas tuercas, potenció las destacadas, ya que afrontará desafíos de alta exigencia. A diferencia de otros años, optó por iniciar de menos a más. Debido a su ranking, no le alcanzó para el cuadro principal y debió anotarse en la qualy. Gestando una gran remontada, en la primera vuelta derrotó a James McCabe, por lo ahora se medía a Giulio Zeppieri.
Zeppieri tiene un inicio soñado
De entrada, Zeppieri salió envalentonado y sorprendió a un Thiem dormido, que buscaba los primeros contactos con la bola. El italiano, en otra sintonía, presionó sobre el revés, lo empujó hacia atrás y encontró tres break points. Sin perder el tiempo, concretó y se puso 2-0. A partir de ahí, se enfocó en el servicio y en el trabajo extra-tenístico. Buscó potencia en las piernas, aire y ritmo. En base a eso, mejoró ciertas falencias y se le vio muy regular, llevando con calma un difícil desafío. Si bien no volvió a sacar diferencias, fue a su tiempo y, con su servicio, cerró el 6-3.
El austriaco remonta para clasificar
En el segundo, la sintonía y el patrón fueron otros. El austriaco comenzó a tomar mayor protagonismo, a animarse e intentar más. Encendido y suelto, le costó penetrar la defensa del italiano que, por momentos, era una pared. De todas formas, insistió por demás y finalmente tuvo resultados. Vio las primeras oportunidades ya sobre el final de la manga, cuando peligraba su permanencia en el certamen. Pese a eso, no decayó, las concretó y empató en 3-6, 6-4.
Ya en el tercero, con ambos fundidos, Thiem preservó su resto físico y fue empujando de a poco, aunque siempre al máximo esfuerzo. Zeppieri, de menor experiencia, tiró todo sobre el inicio y, si bien tuvo chances, no las concretó y eso significó un bajón importante. El austriaco lo notó, aprovechó y, en base a tiros ganadores, hizo la diferencia. Con un quiebre en el último juego, selló el 3-6, 6-4 y 6-4.
