El tenista argentino Diego Schwartzman eliminó al ruso Aslan Karatsev por 7-6(3), 3-6, 6-2 tras 2h52m de juego en la segunda ronda del ATP M1000 de Cincinnati. El No. 16 de mundo espera por Filip Krajinovic o Stefanos Tsitsipas en la tercera rueda.
Diego Schwartzman puede complicar a cualquiera en el circuito, aunque también puede caer con jugadores de menor nivel. Igualmente, el argentino tiene don competitivo único. En esta temporada, tuvo buenas y malas semanas, pero se mantiene en el Top 20. Si bien aún no levantó títulos, llegó a la final del ATP 250 de Buenos Aires y del ATP 500 de Río de Janeiro. Además, hizo semifinales en el Córdoba Open y en el Conde de Godó. En sus últimas presentaciones, cayó en primera ronda de Hamburgo y en segunda rueda de Montreal. Ya en Cincinnati, debutó con victoria sobre Alex Molcan.
Aslan Karatsev ha tenido un gran arranque de año, pero luego bajó un poco su nivel. En este 2022, el ruso comenzó alzando el título del ATP 250 de Sydney. Además, hizo cuartos de final en Marsella, Bastad y Hamburgo. En las últimas semanas, perdió el foco e hilvanó tres derrotas consecutivas en Kitzbuhel, Washington y Montreal. En Cincinnati, rompió la mala racha con victoria en el debut sobre Brandon Nakashima.
Schwartzman avanza con gran valentía
En el primer set ofrecieron un gran espectáculo cada uno con sus armas, pero sosteniéndose con sus servicios. A lo largo del parcial, cada uno tuvo una chance de break point, pero no lo concretaron. Con una gran paridad en los números, definieron todo en el tie break. En el arranque, Aslan Karatsev sacó la pelota de la cancha tras un error no forzado del peque, por lo que significó su segundo warning y el punto por penalidad para el argentino. Tras esa controversia, Diego Schwartzman se sostuvo mentalmente y lo cerró por 7-6(3) tras 1h18m.
En la segunda manga, todo fue al revés. Ambos perdieron la estabilidad con el servicio, no pudieron sostener y se concedieron varias rupturas. De ese frenético momento, Karatsev salió ileso para empardar por 6-3 en 53 minutos.
Adentrados en el set decisivo, el Peque recuperó la confianza, entendió por dónde generar los huecos y desplegó un altísimo nivel. Apoyándose en su gran devolución, Schwartzman desestabilizó al ruso por todos lados y cerró una enorme victoria por 7-6(3), 3-6, 6-2 tras 2h52m.
