El cordobés Juan Ignacio Londero alcanzó por segunda semana consecutiva las semifinales de un torneo Challenger. Por el buen tenis desplegado en estas dos semanas hacen pensar en el regreso del Topo a su mejor nivel. Irá en busca de su primera final de esta categoría ante el colombiano Daniel Elahi Galán.
El «Topito» Juan Ignacio Londero está en una semana arrolladora, viniendo de la clasificación, alcanzó las semifinales, sin ceder un set. Va en busca de su primera final entre los Challenger ante otro tenista que atraviesa un gran momento, el colombiano Daniel Elahi Galán, el artífice, el héroe de la clasificación de Colombia a los Play Off del Grupo Mundial de la Copa Davis. Un gran partido, podría decirse que será una final anticipada.
El tenista nacido en Jesús María, Córdoba, se empezó a hacerse notar en el mundo del tenis en el año 2012 cuando ganó su primer Future con apenas 19 años. Su tenis siguió en constante ascenso y en 2014, ya con cuatro Future en sus vitrinas, entró al top-200 alcanzando mejor ranking histórico, el puesto 186.
Cuando estaba por dar el salto a la elite del tenis mundial comenzó a sufrir dolores en su espalda que le impidieron desarrollar su mejor tenis. En 2015 tuvo que parar durante por dos meses para su recuperación y a su regreso su rendimiento cayó notablemente. A causa de estos problemas físicos tuvo que abandonar en tres partidos durante esa temporada. Durante el 2016 su mal desempeño deportivo también influyó en la parte anímica y siguió en caída libre hasta retroceder cerca del puesto 500 a mediados del 2017. Lo más llamativo fue que los dolores eran más mentales que físicos, la ansiedad era el principal culpable de los dolores en la espalda.
Con el cambio de su equipo técnico y la recuperación de sus problemas físicos el Topo comenzó una lenta pero constante recuperación. Con el correr de los partidos fue recobrando la confianza en su tenis y nuevamente se puede ver aquel tenis ofensivo y vistoso, con muy buenos golpes tanto de derecha como de revés, que corren muy rápido y lastiman a sus contrincantes.
El Topo empezó a jugar al tenis desde muy chico en el Club Social Jesús María y tras haber practicado otros deportes, los ocho años decidió volcarse por completo al tenis. Con el apoyo total de su familia fue creciendo y junto a él también su tenis.
Como Junior representó a la Argentina en la eliminatoria americana de a la Copa Davis Junior en el 2009. Con apenas 14 años debutó en las clasificaciones de un torneo Future. En junio de 2010, con solo 16, logró sus primeros puntos ATP.
Se le augura un buen 2018
Con los problemas físicos en el olvido, el Topo hizo una muy buena pre-temporada y comenzó el 2018 con una fuerte apuesta. Por su bajo ranking tenía dos opciones: jugar torneos Future o las ingratas clasificaciones de los torneos Challenger, donde es a todo o nada. Si se pierde antes del tercer partido, no hay ni puntos ni premios. El Topo decidió jugársela por la más difícil, las clasificaciones de los Challenger.
En las primeras cuatro clasificaciones solo logró pasar en Punta del Este, pero en varios partidos ya había mostrado un buen juego, obteniendo buenos triunfos. Esos que sirven para aumentar la confianza. Le faltaba conseguir la ansiada regularidad.
Finalmente, hace dos semanas llegó el momento soñado. En el Challenger de Panamá logró pasar la clasificación y fue frenado en semifinales por Charly Berlocq, en tres apretadas mangas tras tres horas y 20 minutos de intenso juego, con definición en muerte súbita.
Lejos de caerse anímicamente, esta semana el Topo siguió con más bríos, jugó nuevamente la clasificación, otra vez alcanzó las semifinales. Está jugando a un gran nivel, lleva ganados seis partidos sin ceder un solo set, en estas dos semanas ganó 11 de sus 12 juegos. Si bien es muy poco para abrir sacar conclusiones, realmente es una campaña que entusiasma, que ilusiona, que hace pensar en el regreso del Topo Juan Ignacio Lóndero a su mejor nivel.
