La británica ha tenido mala suerte en Auckland. Raducanu tuvo que retirarse entre lágrimas por una lesión de tobillo y se despidió de esta triste manera de Auckland (60, 5-7 ret). Kuzmova avanza hasta los cuartos de final.
Emma Raducanu había comenzado la temporada de forma oficial superando a Linda Fruhvirtova en Auckand. En los octavos de final le tocaba medirse ante Viktoria Kuzmova, que venía de superar la fase previa y de estar más rodada. Favorita era la británica, aunque debía ser mucho más regular que en sus partidos de la temporada pasada.
Raducanu empieza `on fire´
Durante todo el primer set se vio a una Emma muy concentrada, sabiendo que tenía que hacer en cada momento y gestionando perfectamente cada intercambio. Desde el inicio Raducanu fue superando en todos las facetas a su rival. Kuzmova no podía jugar cómoda y es que Raducanu estaba muy rápida de piernas y jugando muy profundo. La británica estaba cómoda con su servicio y dominando también los puntos al resto. Gracias a su buen hacer pudo imponerse por un contundente 6-0 en un visto y no visto y es que el primer set duró solamente 24 minutos.
Una lesión le obliga a retirarse
En el segundo parcial Raducanu siguió llevando la iniciativa en el marcador, pero Kuzmova estaba más valiente y entonada en su tenis. La eslovaca fue la primera en conseguir un break y es que además lo confirmaba a pesar de sufrir y se marchaba hasta el 4-2. Viktoria todavía encarrilaba más el set cuando tomaba la ventaja con el 5-3. Raducanu reaccionó y podía poner las tablas con el 5-5. La británica volvía a perder su turno de saque y con el 6-5 su rival se quedaba a las puertas del segundo set.
Ganando en blanco el duodécimo juego acababa forzando el tercer parcial. Entonces Raducanu solicitó la presencia del fisioterapeuta por los dolores en el tobillo constante y le atendieron durante unos minutos y le vendaron el tobillo, pero en cuanto saltó a la pista el primer punto se dio cuenta de que no podía continuar. La británica tuvo que ir a la red para retirarse con lágrimas en los ojos y es que la suerte no acompaña a Raducanu en los últimos meses.